Políticas

7/10/2001|725

Duhalde “arrasó” a lo “Tyson”

Así, como lo registra el título de esta nota, anunciaron Clarín y Crónica la performance de Duhalde en la provincia de Buenos Aires. Era el periodismo amarillo en acción. Sólo tuvieron que pasar 24 horas para que el “inmobiliario” de Lomas de Zamora (en términos de Jorge Asis) apareciera perdiendo 700.000 votos y su coequiper a diputado 200.000 votos más.


Este retroceso es significativo políticamente, porque acentúa el vacío de poder en el caso de que De la Rúa tuviera que irse antes de hora. A Reutemann le fue todavía peor, porque Santa Fe batió el récord de votos blancos y nulos, y lo mismo a De la Sota, que viene perdiendo votos de elección en elección, y encima enfrenta la quiebra inminente de las finanzas de Córdoba.


Achicado en votos, pero por sobre todo en perspectivas políticas, Duhalde ha dicho que no quiere presidir el Senado, incluso tampoco el bloque justicialista, ni postularse para el 2003. Es decir que quiere, por ahora, pasar desapercibido, exactamente como De la Rúa. Con el presidente de la Nación y el jefe de la oposición empeñados en el disimulo, la crisis política tiene cartón lleno.


Pero la cosa no termina aquí, porque significa que la crisis del peronismo no tiene perspectivas de cerrarse o atenuarse. La ausencia de un jefe en la oposición acentuaría la necesidad de elegir a un vice-presidente, para que la línea de sucesión presidencial pueda gozar de legitimidad y autoridad. Pero una convocatoria electoral para la vicepresidencia debería, primero, saldar la crisis peronista, aunque tampoco se ve por qué De la Rúa estaría interesado en que esto ocurra.


Sucesiones, jefaturas de oposición, autoridad y legitimaciones sólo tendrían un interés parlamentario pasajero, si no fuera por la tendencia a la explosión social, por la quiebra financiera y por la crisis política. Cuando Alfonsín se iba a pique en el ‘89, acababan de elegir a Menem. Hoy no solamente no hay un recambio establecido, sino que el electorado vota a la izquierda y no a la derecha o al demagogo social.


El fracaso de Duhalde acentúa la crisis política y obliga a Ruckauf a poner las barbas en remojo, esto aunque le haya sacado la mayoría de la Legislatura bonaerense a la Alianza.