Políticas

14/11/1996|519

Duhalde es Menem

La formación de una Mesa Sindical Duhalde Presidente, constituye una abier­ta traición a la lucha reivindicativa que vienen librando los trabajadores.


Porque Duhalde es parte del gobierno de Menem.


Porque Duhalde apoya y aplica la ‘flexibilización’ laboral y salarial.


Porque Duhalde ya se ha apropiado de las jubilaciones con la AFJP Orígenes; lucra con la pérdida de nuestras indemnizaciones por acci­dentes de trabajo con su propia ART, y ha anunciado su ingreso al negocio de la privatiza­ción de la salud. Duhalde está liquidando el hospital gratuito, mediante la arancelización.


Porque Duhalde pretende imponer como nadie la ‘reforma educativa´, liquidar los de­rechos y salarios de los docentes y convertir a la escuela en un confesionario.


Porque los diputados y los senadores de Duhalde les están haciendo retoques a los pro­yectos de Menem que liquidan las indemniza­ciones y establecen los convenios por empresa y por obrero. Porque en la provincia de Duhalde florecen como hongos los contratos laborales precarios, sin que por ello la desocupación haya disminuido un centímetro.


Porque Duhalde reprime a la juventud y porque ha establecido para ella el toque de queda nocturno.


Porque la provincia de Duhalde tiene el ré­cord de desocupación, de despidos y de cierres fraudulentos de empresas.


Porque la policía de Duhalde es una de las más represivas y corruptas.


Los Miguel, los Daer, los Barrionuevo se ilusionan con que Duhalde les consiga un pues- tito en la próxima crisis de gabinete. Olvidaron, parece, la experiencia de Triaca, que una vez en el puesto se dio cuenta que los capitalistas del Banco Mundial proveen más placeres que los que ofrecían sus co-patoteros.


Para darle largas al paro general y apoyar a Duhalde, los burócratas de la CGT han inventa­do un marcha a la Aduana para ‘proteger a la industria nacional’, pretendiendo descono­cer que los industriales ‘nacionales como los Blanco Villegas y los Macri, los Roggio o los Coto, etcétera han sido los mayores contraban­distas durante todo el período cavallano.


Hay que defender a los trabajadores, no a los patrones explotadores.


Hay que decir, sin embargo, que los trabaja­dores no se engañaron en ningún momento con las posibilidades de dirección consecuente de esta burocracia. Pero sí pusieron, quizás, más expectativa en Moyano y Palacios, y en este caso se engañarían, porque el MTA está nego­ciando su apoyo nada menos que al ex hombre de Cavallo en Tucumán, Palito. Y podrían enga­ñarse más con la CTA, en cuyo reciente congre­so sus dirigentes se negaron a reclamar un paro de 48 horas, aunque antes les pareció bien ‘abrazar’ los Tribunales con los Chacho Alva­rez y con los secuaces de Béliz-Cavallo.


Esta falta de expectativas en la burocracia sindical se traduce en una creciente delibera­ción política entre los activistas obreros, a tra­vés de Plenarios abiertos, Encuentros, forma­ción de mesas regionales o intersindicales. Este es un gran camino. El hundimiento de Cavallo y la quiebra política del menemismo, han pro­ducido un gran despertar político, que se acica­tea con el agravamiento día a día de las condi­ciones de vida de las masas. A través de esta creciente actividad y el creciente surgimiento de activistas obreros, se va reconstruyendo la organización masiva y práctica de los trabaja­dores —como lo demostraron Cutral Co, Ciadea, Cormec, Transporte del Oeste, los desocu­pados de Neuquén, las rebeliones docentes, los obreros de Shell, los telefónicos y las huelgas generales.


Que se retiren las leyes anti-obreras del Congreso.


Que se convoque a paritarias libremente elegidas, para acabar con la ‘flexibilidad aumentar los salarios y establecer un seguro al desocupado.


Que se llame a un paro general de 48 horas.


Que se convoque a un Congreso de Delega­dos de todas las organizaciones obreras.