Políticas

17/6/2004|855

Duhalde-Kirchner

Kirchner y Duhalde están de acuerdo en concretar “un acuerdo de buena fe” que beneficie a los usureros internacionales y nacionales.


También están de acuerdo en reformar la coparticipación de impuestos que exige el FMI.


Los representa el mismo ministro de Economía, Lavagna.


Están, asimismo, de completo acuerdo en mandar tropas a Haití, para sostener por las armas a un gobierno que pusieron los yanquis.


No discrepan, para nada, en rechazar los reclamos de los piqueteros, de los estatales y de los docentes.


Ambos quieren un abultado superávit fiscal, a costa de los trabajadores, para levantar la hipoteca que los ladrones capitalistas impusieron al país.


No los separan los principios sino la billetera.


Uno, Duhalde, defiende la caja que sostiene a su aparato político.


El otro, Kirchner, quiere una caja propia para armar el suyo.


Duhalde quiere otro fondo de “reparación histórica” para los punteros bonaerenses.


Kirchner quiere un manejo discrecional sobre los 2.400 millones de pesos del ‘fondo social’, que pretende establecer por ley.


Duhalde amenaza con revelar los negociados pesqueros y petroleros del santacruceño, y pregunta dónde están los centenares de millones de dólares de Santa Cruz que Kirchner sacó del país.


Kirchner acaba de sacar a luz los negociados de la Afjp del Banco Provincia, que comprometen a funcionarios del duhaldismo.


Nada mejor para la ‘transparencia’ que las delaciones recíprocas que se propinan las camarillas.


¿Irán a las piñas?


Los diarios del miércoles 16 los han llamado a ponerse de acuerdo.


Clarín advierte contra “un acto de suicidio” y los llama a “(evitar) aquel abismo al que cayeron durante la gran crisis” –en alusión al Argentinazo.


Como dos buenas camarillas, los une el espanto al pueblo.


¿Es con esta gente que el pueblo conseguirá trabajo, salarios, salud, educación y seguridad?


Hacer la pregunta y contestarla.