Políticas

19/12/2018

El 18, el movimiento piquetero del Argentinazo ganó la calle

Foto: Juan Diez

La movilización a Plaza de Mayo convocada por el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia fue literalmente copada por el movimiento piquetero liderado por el Polo Obrero, que viene quebrando la “paz social” del trío San Cayetano y de las burocracias sindicales de la CGT y las CTA. Junto a ellos se movilizó el Plenario Sindical Combativo, con eje en la gráfica Interpack ocupada por sus trabajadores, Siam en lucha y los reprimidos obreros de Cresta Roja y con presencia de delegaciones del sindicalismo clasista.


Ambos sectores hicieron actos previos que colmaron la 9 de julio, al punto de disparar un operativo policial, porque la masividad de las columnas piqueteras terminó bloqueando el sacrosanto Metrobús de Macri y Larreta.


Completaron el cuadro menguadas y hasta exiguas columnas de la izquierda, que respondieron a la convocatoria del EMVyJ contra el gatillo fácil de Bullrich, contra la impunidad en los crímenes de Maldonado y Nahuel, contra el fusilamiento reciente de los ocupantes de tierra de la CTEP y contra el conjunto de la política represiva del gobierno Macri.


Claro está que dentro de la izquierda resultó ostensible la ausencia del PCR y la CCC, que sin embargo pretende orientar a todo el EMVyJ hacia un “frente antineoliberal” contra Macri -lo que será motivo de debates sobre el próximo 24 de marzo. En esa fecha emblemática el EMVyJ ha mantenido hasta ahora la independencia política de los gobiernos capitalistas que dieron continuidad al aparato de Estado y a la impunidad desde el debut de los gobiernos constitucionales hasta la fecha. Eso por supuesto incluye al kirchnerismo de César Milani y de Sergio Berni, socio de la burocracia de José Pedraza y autor de la ley antiterrorista, y supone la delimitación con un peronismo y un kirchnerismo que no ha dicho una palabra del decreto de Bullrich -al punto que el vocero kirchnerista, frente al silencio atronador de Cristina, ha sido Berni, quien dice que la policía ya tiene la prerrogativa para actuar así. De hecho el kirchnerismo, después de vaciar la movilización contra el G20, ahora depuso toda movilización contra el decreto de carta blanca a las fuerzas represivas.


La propia fecha del 18 de diciembre es una anormalidad, que resultó de la negativa de sectores de centroizquierda que han reaparecido en el EMVyJ de movilizar en la emblemática fecha del 20 de la caída de De la Rúa, o aún el 19 del gran cacerolazo que inició la rebelión popular.


Movilizar el 20, cuando Nicolás Dujovne se ha jactado de aplicar este monumental ajuste fondomonetarista sin que caiga el gobierno, tenía un significado especial en este fin de año: mostrar una perspectiva, la del fuera Macri y todo el régimen del FMI. La movilización masiva del movimiento piquetero independiente del Vaticano lo mostró como heredero vivo del Argentinazo. Fue la voz de lucha ante el resto de la clase obrera, golpeada, frenada y bloqueada por todas las alas del pejotismo “hay 2019”.


El Partido Obrero movilizó desde la perspectiva del Argentinazo. Desde ese lugar hemos vuelto a plantear el paro activo nacional en función de Interpack, de Siam, de los aeronáticos, de Cresta Roja, de los desocupados, y a explicar en los actos previos que el 2019 será un campo de batalla excepcional de la lucha de clases en torno a un gobierno y un régimen que quebró el país y posiblemente no pueda evitar un default en medio del proceso electoral.


El Frente de Izquierda tiene que ser la voz política y el frente único que actúe por una salida de los trabajadores en todos los escenarios de la lucha política de 2019.