En su mayoría son mujeres y niños los que pasan hasta doce horas diarias manipulando ajo en galpones de Campo Grande. Trabajan de rodillas porque no les dan sillas, no tienen techo, no hay baños…

Viviana Miranda llegó desde allí al tercer encuentro del plenario intersindical convocado por los huelguistas del Casino y habló con Prensa Obrera de esa superexplotación infrahumana.

"En nuestro sector abunda el trabajo ilegal de menores. Hemos presentado pruebas al Ministerio de Trabajo, les llevamos videos, pero nos dicen que no pueden hacer nada, que tienen las manos atadas. Si es así ¿para qué están?"

Supuestas "cooperativas" ocupan fuerza de trabajo en esas condiciones con la complicidad abierta de los poderes del Estado, los nacionales y los provinciales.

"La Cámara de Diputados de la provincia -cuenta Viviana- nos dijo que se involucraría en el asunto… todavía estamos esperando. Pero no vamos a bajar los brazos, ésta la seguimos hasta el final porque, como se dijo hace mucho, no tenemos nada que perder salvo las cadenas. Nuestros padres sufrieron esta explotación infame y nosotros la sufrimos desde niños, pero no la van a sufrir nuestros hijos".