Políticas

10/6/2010|1132

El caso Ernestina Herrera de Noble: ¿hacia un desenlace?

No había pasado un mes desde aquel fatídico 24 de marzo de 1976 cuando Ernestina Herrera de Noble solicitó, al Juzgado de Menores Nº 1 de San Isidro, la adopción de una niña supuestamente encontrada unos días antes en una caja de cartón dejada en la puerta de su casa. Apenas un mes y medio más tarde, el 7 de julio de 1976, Herrera solicita ante el mismo juzgado la adopción de otro bebé, un varón que habría sido dejado ese mismo día en la puerta del mismo juzgado. Sin que mediara más trámite ni investigación, la ya fallecida jueza Hejt, quien habría sido experta en este tipo de “trámites”, le entregó la guarda del bebé y, apenas 43 días después, le otorgó la adopción y le impone al niño el nombre de Felipe Noble Herrera (El Mundo, 22/12/02).

Dos años más tarde, el 27 de septiembre de 1978, Ernestina Herrera de Noble concretaba uno de los negociados más escandalosos de la historia del país: ese día se inauguró la planta de Papel Prensa en San Pedro, luego de una truculenta maniobra por la que la familia Graiver, dueña en un 75% de la empresa, fue secuestrada y llevada a distintos campos de detención.

Esa es la señora Ernestina Herrera de Noble, que ha gozado de casi 35 años de impunidad.

La causa judicial

El pasado lunes 7, a instancias de la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado, a cargo del caso Noble-Herrera, comenzó el proceso de comparación de las muestras genéticas de Marcela y Felipe con las disponibles en el Banco Nacional de Datos Genéticos, lo que permitiría comprobar que son hijos de desaparecidos y, en consecuencia, la dueña de Clarín podría quedar presa por el delito de apropiación.

El inicio del proceso de comparación de los datos no es un paso menor teniendo en cuenta las trabas constantes opuestas por la defensa de los Noble, entre la más reciente: el pedido de remoción de la jueza por parte del ex juez Gabriel Cavallo, el nuevo abogado de la dueña de Clarín. El letrado, el mismo que algún día fuera asesor del CELS, hace tiempo que se cruzó a la vereda de enfrente. El periodista Juan Gasparini demuestra que Gabriel Cavallo (entre otras cosas) obstruyó el avance de la investigación penal en la causa por coimas en el Senado para obtener su promoción a camarista, mientras fue responsable de instruir la causa “Banelco”, entre el 19 de febrero de 2001 y el 17 de agosto de 2001, dejando sin resolver la situación de los principales imputados (José Genoud, Fernando de Santibañes y Mario Alberto Flamarique) (www.revista-zoom.com.ar). Una acción por la que nunca fue juzgado gracias a la intervención de Néstor Kirchner, quien desactivó dos proyectos de enjuiciamiento contra el letrado durante 2004.

En las vísperas de la caída

El panorama plantea una crisis para el monopolio multimediático. Hace tiempo, el periodista Mempo Giardinelli afirmó en una nota que los jóvenes “Marcela y Felipe Noble Herrera son los herederos de una fortuna de 1.000 millones de euros y de un gigantesco poder, el cual perderían en caso de probarse otras filiaciones. Y esto también dejaría al Grupo prácticamente acéfalo, toda vez que el matrimonio entre Roberto Noble y Ernestina Herrera no tuvo descendencia natural” (El Mundo, 22/12/02).

Con todo, hay que señalar que la decisión política de avanzar con el caso poco y nada tiene que ver con una supuesta vocación por los derechos humanos por parte del gobierno kirchnerista (basta tomar en cuenta los juicios tardíos y a cuentagotas del genocidio). Es el enfrentamiento entre el gobierno y Clarín lo que explica la velocidad con que el caso avanza.