Políticas

19/8/1999|638

El Clero tiene dos candidatos

La Alianza ha salido a hacer campaña para que el gobierno le entregue 4 millones de dólares a Cáritas, la organización de beneficencia que dirige la Iglesia. Forma parte de un préstamo del Banco Mundial para construir viviendas destruidas.


El reclamo de Rey, presidente de Cáritas y obispo de Zárate, ha sido rápidamente reivindicado por la Alianza, que fue en delegación a apoyar al prelado.


De la Rúa y Duhalde


Los políticos patronales se pelean por establecer una relación privilegiada con la jerarquía católica. De la Rúa se hace asesorar por Norberto Padilla, profesor de la Universidad Católica, que fue secretario de Culto bajo el gobierno menemista y hoy cumple funciones en el Episcopado. También participa el actual secretario de Cultos de la Ciudad de Buenos Aires, Rodríguez Bazarría.


Duhalde, por su parte, se hace asesorar por Hugo Franco, que es director de Migraciones (en carácter de tal persigue a los inmigrantes latinoamericanos) y amigo íntimo “desde hace 20 años” del “poderoso cardenal Primatesta”. Cumple una función de enlace el secretario de Población, Aldo Carreras, vocero de la posición antiabortista del menemismo en los estrados internacionales.


El obispo Rey admitió que “siempre los candidatos se han arrimado a la Iglesia” (La Nación, 21/7).


Pero lo que no dijo es que la Iglesia siempre se ha colocado del lado de los regímenes antiobreros. Apoyó a la dictadura militar; luego se hizo ‘democrática’, aunque no mucho; fue menemista hasta que Menem se vino abajo, y luego se abrió, pero tampoco mucho (hace unas semanas, en las Naciones Unidas, le otorgó un premio ‘de la paz’ a Menem, por su militancia en favor del antiabortismo). Mientras Duhalde era recibido por el Papa, Rey acogía a la cúpula aliancista.


La Iglesia y el Estado


Históricamente, la Iglesia Católica ha tratado de controlar, por lo menos, dos ramas de la sociedad: la beneficencia y la educación. Desde hace un tiempo, se han asegurado los medios de comunicación.


Los ‘progresistas’ Chacho Alvarez y Fernández Meijide han hecho un frente con el clero, lo que impulsará la privatización-clericalización de la “asistencia social” y de la educación.


El Partido Obrero plantea la separación de la Iglesia del Estado y declara a “la religión como un asunto privado”. Las congregaciones de cada culto deben ser sostenidas por el aporte voluntario de sus fieles, no por el dinero del Estado.


El PO propugna una salida obrera a la crisis: prohibición de despidos, disminución de la jornada laboral sin reducción salarial y reparto de las horas de trabajo, subsidio inmediato a cada desocupado mayor de 16 años de 500 pesos.