Políticas

19/3/2009|1075

El Confederal de la CGT Zárate-Campana

La CGT Zárate-Campana convocó a un Confederal para el viernes 20 de marzo, con el fin de considerar la crisis actual y sus efectos sobre el movimiento obrero. No se hará presente, sin embargo, un sector de gremios (cerveceros, Luz y Fuerza, papeleros) que está apartado de la CGT.

Esta convocatoria tiene lugar en medio de un cuadro convulsivo. En Siderca fueron suspendidos centenares de trabajadores de la Uocra, al igual que compañeros contratados. Muchos efectivos fueron forzados a “retiros voluntarios”. En Atucha II, numerosas empresas han despedido trabajadores (ver nota). Han despedido también en papeleras (Witcel, del Plata, Campanita). Además se han dejado de pagar premios y otros estipendios salariales. También en químicos, puertos y la lista sigue.

La iniciativa de la CGT es directamente proporcional al fracaso de la política que ha venido promoviendo la dirigencia sindical de Zárate de canjear despidos por suspensiones y por rebajas salariales con el argumento de que la crisis era “pasajera”. Las patronales no respetan los acuerdos que firman, de modo que las suspensiones y vacaciones adelantadas equivalen a una antesala del despidos.

Precisamente, el comunicado de la CGT rechaza “la intención empresaria zonal de utilizar la fuerza de trabajo como variable de ajuste, así como a sus diferentes y brutales herramientas que provocan pobreza en el pueblo trabajador”.

Si se hace un balance de estos meses, salta a la vista la necesidad de un replanteo general. Para la CGT, las patronales “que se han beneficiado con el plan económico y el tipo de cambio son quienes definitivamente deben afrontar el impacto de la crisis financiera internacional de la que los trabajadores somos ajenos”. En otras palabras, es necesario invertir la fórmula y elaborar un programa para que la crisis la paguen los capitalistas.

La otra gran cuestión reside en las medidas de acción. Ha trascendido que la CGT impulsaría una marcha entre Zárate y Campana. No hay lugar a dudas que es vital un plan de lucha.

Pablo Heller