Políticas

24/10/2018

El Congreso trata el presupuesto de ajuste que dictó el FMI

La izquierda y el movimiento obrero combativo, movilizados contra su aprobación.

Foto: Marcos Barrionuevo

Alrededor de las 14, la Cámara de Diputados comenzó a debatir el proyecto de presupuesto para el año 2019. 


El Congreso se encuentra rodeado por la movilización de la izquierda, los llamados “movimientos sociales” –que acamparon allí desde el martes– y el sindicalismo combativo. La burocracia de la CGT pegó el faltazo. Unos pocos gremios enrolados en el peronismo aportaron una presencia testimonial. 


El gobierno cuenta con el compromiso de un sector del pejota para su aprobación, que además facilitó el quórum para dar inicio a la sesión. La bancada kirchnerista y el flamante interbloque que encabezan Felipe Solá y Victoria Donda, si bien no sumaron al quórum, tampoco denunciaron a sus pares del pejotismo, a los cuales convocan insistentemente a la “unidad”. 



El 26 de octubre se reunirá el directorio del FMI para tratar el acuerdo con Argentina. El gobierno quiere esgrimir la media sanción del presupuesto como señal de compromiso con las metas fijadas con el organismo. En lo fundamental, esto significa garantizar un recorte de 550 mil millones de pesos, a expensas de enormes sacrificios populares, para garantizar el pago de los intereses de la deuda externa. A fines de noviembre, se reunirá en Buenos Aires la cumbre del G-20. Para entonces, el gobierno tiene el propósito de haber concluido la votación en el Senado. 


El presupuesto es un dibujo cuyas metas el gobierno no tiene pensado cumplir. Lo que resume, sí, es una guía de ataques contra los trabajadores y jubilados.