Políticas

10/6/2003|808

El Credicoop, el Instituto Movilizador y el Pc

Con un acto en Parque Norte, el Imfc (Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos) celebró el 81º Día Internacional de la Cooperación. Tres mil personas, según la optimista apreciación de los organizadores, siguieron las intervenciones de Carlos Heller, gerente general del Credicoop, y Floreal Gorini, presidente del Instituto. Antes, dirigió la palabra Castro, duhaldista, directora nacional del Inaes (el área gubernamental a cargo de la acción cooperativa).


El acto permitió apreciar el arco político que sostiene al (y es sostenido por el) movimiento cooperativo nucleado en el Instituto y sus fondos. Entre los adherentes de primera fila (en sentido literal) se encontraba Patricio Echegaray, secretario general del Pc, cuya calurosa adhesión fue leída completa. También estaban presentes funcionarios muy apreciados por el Imfc, como el intendente Sabatella, de Morón, ungido por la Alianza en el ‘99 de la mano del Frepaso, y el ex secretario de Acción Cooperativa y actual diputado del Ps, Héctor Polino. Entre las adhesiones se contaron la del intendente de Avellaneda, Laborde, también elegido en el ‘99 por la Alianza de la mano del Frepaso. Laborde y Sabatella ahora apoyan a Solá.


Los informes, el documento central y los discursos pusieron de relieve los profundos vínculos que entrelazan al movimiento cooperativo nucleado en el Imfc con el régimen social y político capitalista, sus instituciones y su gobierno.


Cooperativismo y gobierno


Castro, directora del Inaes, expuso claramente que su presencia en el gobierno no era ajena a su pertenencia al movimiento cooperativo que allí se encontraba reunido. Nombrada por Duhalde (hace quince meses) y ratificada por Kirchner, sostuvo que su función no era incompatible con los propósitos del Instituto o, lo que es simétrico, que el Imfc sostuvo y sostiene con su propia gente a ambos gobiernos.


Naturalmente, poco y nada fue lo que pudo exponer como “conquistas” de su gestión, más allá de un decreto que promueve la “enseñanza” del cooperativismo en la educación publica y otro que permitiría nuevamente el funcionamiento de Cajas de Crédito.


Lo de las Cajas de Crédito, en un país con un sistema bancario en quiebra y sin crédito, no pasará de legalizar las mesas de dinero, y terminarán actuando como satélites de la banca existente (entre ellos el Credicoop).


Credicoop y Abappra


En su intervención, Carlos Heller se ufanó del reconocimiento que él y el Banco Credicoop fueron ganando en el último tiempo, y relató con cierto orgullo su participación en la reunión con el director del FMI.


En realidad, su intervención demostró los profundos lazos que se fueron tejiendo en el último período entre el banco y el conjunto del sistema financiero, que llevaron a ese “reconocimiento” y al propio Heller a la conducción de Abappra (junto a los bancos provinciales, el Ciudad y el Provincia entre ellos). Heller defendió, sucesivamente, el “corralito” de Cavallo en diciembre del 2001 (para evitar la llamada “extranjerización” de la banca), el “corralón” de Remes Lenicov, en febrero del 2002 (también con el pretexto de evitar la caída de la “banca nacional”), la devaluación, los redescuentos, las compensaciones a los bancos. Heller ha actuado en todo esto no sólo en representación de los intereses del grupo bancario que encabeza el Credicoop (con su Afjp asociada a capitales europeos), sino como vocero político del grupo bancario que integra con el Banco Ciudad (verdadera caja negra de Ibarra y de los contratistas de la Ciudad) y especialmente el Provincia de Buenos Aires (vaciado por los Gualtieri y demás testaferros de la banda duhaldista).


Heller expresamente defendió a estos bancos. Al igual que Lavagna, el banquero avaló el pago de la deuda externa, aclarando que debe darse un período de gracia. En relación a la grave situación social, reiteró la propuesta del Frenapo de un seguro de empleo, como a fines del 2001, pero “prudentemente” no le fijó monto.


Utopías


La intervención del presidente del Instituto, Floreal Gorini, pareció intentar diferenciarse de la intervención de Heller.


Gorini comenzó reivindicando los orígenes del movimiento cooperativista a comienzos del siglo XIX y a las figuras de Owen, Saint Simon y Fourier para denunciar veladamente a los actuales, que caracterizó como “pragmáticos”. Sin negar la importancia de las cooperativas financieras y de producción, Gorini buscó subrayar sus limitaciones y la necesidad de volver a los “principios” “utópicos” de los comienzos.


¿Será que el Credicoop ha ido muy lejos en su pragmatismo y se ha convertido en una empresa capitalista más? Pero la crisis capitalista no perdona el utopismo. La propia medicina prepaga ligada al Imfc (Comi) se presentó en convocatoria de acreedores a fines del 2001. El cooperativismo no puede superar los límites del capital. O termina en la autoexplotación de los cooperativistas o entra en las condiciones de la explotación capitalista, como lo han comprobado históricamente los trabajadores del propio Banco Credicoop. Cuando Heller reivindicó al Credicoop frente a los fracasos del Banco Mayo o Patricios, se estaba curando en salud, y no mencionó lo ocurrido con Comi.


Gorini no formuló ningún planteamiento anticapitalista. Por el contrario, como lo reveló la funcionaria del Inaes, el cooperativismo fue furgón de cola primero de Duhalde, ahora de Kirchner, y siempre del burgués “progresista” cuyas medidas positivas “serán apoyadas” mientras se “criticarán las negativas”, en un planteo que nada tiene que envidiar al Pc de las décadas del ‘50, ‘60 y ‘70 con Frondizi, Illía y Perón.


El PC


La presencia de Echegaray en el acto estuvo lejos de ser anecdótica. Su asistencia fue destacada desde la tribuna, y la suya fue una de las pocas adhesiones que fueron leídas completas.


Más allá de que no sea éste el rostro que diariamente exponen muchos militantes comunistas, los lazos del Pc con el Credicoop, el Instituto y la burguesía cooperativista son profundos y de largo arraigo.


Floreal Gorini fue el único diputado comunista desde la vuelta al Parlamento en 1983. Cabe recordar que participó en las listas del Frente Grande, allá por 1993, cuando el Pc constituyó uno de los partidos del Frente del Sur y luego del FG. Aunque no fue electo, ingresó posteriormente como diputado cuando ocupó la vacante de Fernández Meijide, que había pasado al Senado.


El acto del Día de la Cooperación mostró el verdadero rostro del Pc. Quizá hoy se debata entre el “pragmatismo” rabiosamente capitalista de un Heller y el “utopismo” impotente de Gorini.