La Asamblea Constituyente ocupó un lugar importante en las deliberaciones de la Asamblea. Los compañeros del Polo desenvolvieron la necesidad de que la Asamblea plantee una salida política que permita acaudillar una mayoría nacional, partiendo de la caracterización de que el levantamiento popular argentino ha creado sus propias organizaciones, superando los límites de una “simple” rebelión. Tomaron el ejemplo de las Asambleas Populares que se han acercado al movimiento piquetero, o de los protagonistas de los “cacerolazos”, y se interrogaron sobre si estas organizaciones ya estaban maduras para aceptar la dictadura del proletariado, y si a esa maduración no podría ayudarlas el planteo de una Asamblea Popular Constituyente convocada por un gobierno de las organizaciones en lucha. O sea, una consigna “puente” que ayude a desenvolver la revolución socialista.

La oposición a este planteo, formulado días antes a través de una carta del Polo Obrero a los convocantes de la Asamblea, fue atacada por “electorerista”, a pesar de que debía concretarla un gobierno de las organizaciones en lucha a través de una nueva rebelión popular. Una variante (Fos) llegó a plantear que “la Constituyente se elige por elecciones, por eso no puede haber Constituyente convocada por el pueblo”. (…) Algo sin sentido y para peor por parte de una organización que se opone a la dictadura del proletariado.