“El ‘plan’ Cavallo —decíamos hace apenas dos semanas— no sólo es un ‘destructor de empleos’, para usar la expresión de Caro Figueroa, sino que ahora está amenazando con destruir negocios, algo que es suficiente para costarle la cabeza” (Prensa Obrera Nº 462, 29/8). Pruebas al canto.

El proyecto de presupuesto que acaba de ser enviado al Congreso consagra la “definitiva marcha atrás en el traspaso de las cajas (jubilatorias provinciales a la Nación)” (El Cronista, 5/9). La decisión, según informa “un alto funcionario del Ministerio de Economía”, “fue tomada por una razón excluyente: no existe presupuesto disponible para absorber estos déficits provinciales (ni) tampoco habrá recursos nacionales que puedan ser afectados a esos desequilibrios” (ídem).

La “marcha atrás” del gobierno nacional significa, a pesar de los “pactos fiscales”,  que las provincias deberán hacerse cargo de esos “desequilibrios”, además de todos los otros.