El derrumbe de Catamarca

Pasadas las elecciones del 8 de marzo, el pueblo catamarqueño está sufriendo una violenta ofensiva de despidos y suspensiones. Para colmo de males, el dengue crece de manera incontrolable afectando ya a miles de personas.

El gobierno provincial decidió realizar un recorte presupuestario del 35% afectando también a las partidas destinadas a los municipios. La mayoría de los municipios está dejando a los trabajadores contratados en la calle; varios ya anunciaron que retrasarían en el pago de los sueldos e incluso algunos que no podrían pagarlos. Ya se vuelve a hablar de darle vida nuevamente a los bonos basura.

La obra pública está parada, lo que ha provocado suspendiones y despidos de centenares de trabajadores. En la empresa Capdevila, que construye un estadio de fútbol, acaba de dejar a 100 obreros en la calle.

La cosecha olivícola será magra por la extensa sequía. Exprimiéndose al máximo, un trabajador saca entre 30 y 40 pesos diarios, pagándose la comida, sin baño, ni ropa de trabajo. Uatre, el gremio de Momo Venegas, mira para otro lado; sus representantes comen en la mesa de los patrones: Romero, Mastellone o el mismísimo Tinelli.

En el comercio se ha perdido un 20% por ciento. Hay 300 despidos entre los metalúrgicos. Alpargatas suspendió a más de 100 operarios y se apresta a cerrar antes de fin de año una planta que tiene 400 empleados.

“Escrachar la pobreza”

Frente al dengue, ese fue el mensaje de Silvia Fedelli, concejal electa del FCS por la capital y ex titular de medicina preventiva en la provincia. Sugirió escrachar a las familias que no desinfectan sus viviendas. El gobierno aconseja ponerse repelente, pero cada unidad cuesta entre 15 y 20 pesos. Tardíamente han empezado a fumigar. Hay más de 7.000 personas que contrajeron la enfermedad y ya se registró la muerte de dos mujeres.

El dengue pone en evidencia el colapso del sistema sanitario provincial. Las salitas y hospitales del interior, que no tienen ni gasa, están desbordados. En la planta donde teóricamente se debe tratar la basura de la ciudad se han contagiado más de 50 personas. También queda en evidencia la falta de cloacas y de desagües para eliminar el agua de lluvia. Los barrios más pobres y superpoblados son los más afectados.

Un programa, una salida

El PO plantea no a los despidos y suspensiones; que cada fábrica que cierre sea reabierta y puesta bajo el control de los trabajadores.

Frente al dengue, que se creen brigadas con desocupados “con un salario de 800 por cuatro horas” para acabar con los 500 baldíos y basurales. Repelentes gratis, cloacas y plantas de tratamientos de residuos en todos los municipios.

Enrique Traverso