Durante los últimos dos años, el gobierno de Santiago del Estero fue presentado como el ejemplo de que el “plan” Cavallo tenía siete vidas, ya que sobrevivió al derrumbe económico y a un levantamiento popular provocado por ese derrumbe. Schiaretti, el “comisario político” designado por Cavallo como interventor de la provincia, había logrado imponerle una serie de penosos “sacrificios” a los trabajadores provinciales y que el justicialismo volviera a ganar en las últimas elecciones. En definitiva “los que hicieron el Santiagueñazo votaron por Menem” …

Ya han pasado más de dos años de “milagro permanente” de Cavallo en Santiago del Estero y, según el vicegobernador electo, Luis Peña, hoy “la situación económica, administrativa y financiera es desesperante … mucho peor que antes del estallido social del 16 de diciembre de 1993” (La Voz del Interior, 2/8). Según distintas fuentes, Schiaretti tomó créditos bancarios por más de 50 millones de pesos sólo en los últimos seis meses (La Gaceta, 24/6) y dejó un déficit de 9 millones (La Voz del Interior, 2/8). El último de estos préstamos, por 14 millones, estaba destinado a pagar el aguinaldo … pero lo cierto es que hoy, a principios de agosto los estatales no cobraron los aguinaldos y “la nueva gestión no ha dado señales” de cuando piensa pagarlos (La Voz del Interior, 2/8). Schiaretti denunció que dejó el dinero necesario para pagarlos y que “si no los pagaron, no voy a opinar” (La Voz del Interior, 3/8). Los atrasos en los pagos en las municipalidades del interior ya han desatado un “estado de asamblea” permanente y movilizaciones en la mayoría de los pueblos. Los gremios provinciales, por su parte, declararon una “tregua” de quince días, que no tiene ninguna perspectiva ante los ataques que se vienen.

Apoyándose en el “desastre” dejado por los cavallistas, los que vienen a reemplazarlos aplican una política cavallista: el gobernador Juárez ya anunció una reducción salarial de entre el 5 y el 15% y se estudia la eliminación de los adicionales por antigüedad, por título y por funciones operativas (La Gaceta, 24/6) y el despido de 1400 estatales (despedidos en su momento por Lobo y luego reincorporados por Schiaretti). ¿Pero no era que las “leyes de emergencia” y las reducciones salariales y los despidos eran el resultado de “no haber hecho el ajuste”? Santiago del Estero fue la adelantada de las privatizaciones, de la “racionalización del gasto” y hoy está “entre los distritos con mayores inconvenientes para saldar sus deudas con proveedores y empleados” (La Voz del Interior, 2/8). ¿Cómo explican los que nos acusan de ver “crisis” donde no existen que nosotros hayamos pronosticado, con dos años de anticipación, que la intervención cavallista sólo podía acentuar la bancarrota provincial?

El hundimiento de Santiago del Estero –la “joya de la corona” cavallista– es la síntesis del hundimiento general del “plan” Cavallo.