Políticas

1/12/2016|1439

El desempleo no afloja

El gobierno miente


Los diarios oficiales se hicieron eco de un comunicado de prensa del Indec que anuncia una caída del desempleo en el tercer trimestre de este año. Este festejo hipócrita, basado en una lectura deliberadamente superficial de los datos, oculta la gravedad real de la situación del mercado de trabajo en Argentina.


 


La tasa de desempleo es de 8,5%, lo que indica la existencia de más de un millón de trabajadores desocupados en los principales centros urbanos del país. A esto hay que agregar un 14,2% de ocupados demandantes de empleo -es decir, trabajadores que buscan trabajo a pesar de ya tener uno, dado que no alcanzan condiciones de vida mínimas con su salario actual. Esto totaliza casi 3 millones de trabajadores en condiciones de vulnerabilidad laboral, pero hay que recordar que esta cifra no corresponde al total del país, sino sólo a las 31 ciudades más grandes, que contienen a poco menos del 70% de la población total argentina. El número total de trabajadores en condiciones de vulnerabilidad laboral ronda los 4 millones y medio.


 


No es posible afirmar que el desempleo esté a la baja. La comparación con el trimestre anterior, presentada en el comunicado de Indec, omite un hecho básico conocido como estacionalidad. El desempleo siempre baja un poco en el tercer trimestre de cada año. La comparación correcta debería realizarse con respecto al mismo trimestre del año anterior, lo que no es posible dado que la Encuesta Permanente de Hogares fue prácticamente desmantelada en el ocaso del kirchnerismo (el “nuevo” Indec recomienda desestimar la información producida bajo la intervención).


 


Lejos de los “brotes verdes” que pregona el macrismo, lo que tenemos delante es una economía sumida en una profunda recesión (que ya acumula un año consecutivo de duración), en medio de la cual las condiciones de vida de los trabajadores empeoran vertiginosamente. La única salida es una agenda de lucha de los trabajadores por la ocupación de todo lugar de trabajo que suspenda o despida, el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario, el seguro de desempleo equivalente al 75% de la canasta familiar, el pase a planta permanente y a convenio de todos los precarizados, un paro activo nacional y un plan de lucha.