Políticas

10/8/2022

El despedido Claudio Lozano a favor de renegociar con el FMI

Ratificó también su permanencia en el Frente de Todos, demostrando que la centroizquierda no tiene rumbo alternativo.

Se fue del directorio del Banco Nación por pedido de Batakis.

El máximo dirigente de Unidad Popular, Claudio Lozano, fue forzado a renunciar a su cargo en el directorio del Banco Nación por exigencia de Silvina Batakis, la nueva presidenta del banco. En un comunicado que escribió en representación de su partido, Unidad Popular, rechaza su salida; y pese a una serie de críticas a la designación de Sergio Massa y la orientación económica del gobierno, confirma que seguirán supeditados a esta última integrando la coalición oficialista.

En el escrito, Lozano dice que Massa “no trae soluciones” a los problemas de los 25 millones que viven bajo la pobreza (4 millones de ellos viven bajo la indigencia); y pese a que argumenta que en la base del descontrol de precios aparece un pacto con el FMI que es de por sí inflacionario, postula que el mismo tiene que ser “revisado”. Toda una definición. Lozano no es partidario de romper con el Fondo, mucho menos desconocer la deuda contraída por Macri con el organismo, que alimentó la fuga de capitales. Él solo quiere renegociar las condiciones de su pago. Más claro: reconoce íntegramente el endeudamiento “criminal” y sus consecuencias.

Su posición es similar a la levantada por el kirchnerismo y la vicepresidenta, que cuestionaron la negociación, o sea las formas, no el fondo del asunto. Cristina y su tropa terminaron finalmente bombardeando al que firmó el acuerdo (Guzmán) para poner en su lugar a Batakis, que proclamó la intención de ir más a fondo con el ajuste. Ante el fracaso de la ministra el kirchnerismo se sumó al operativo Massa, incluso despejándole el camino para que este avance en el tarifazo: sacó a sus funcionarios del área.

Así como Cristina no rompe con el gobierno, tampoco lo hacen ni Lozano ni la centroizquierda. Una de las razones de la permanencia en las filas del Frente de Todos es que no tiene ningún rumbo alternativo para ofrecer que esta política de ajuste al servicio de pagar la deuda.

El director del Nación

En su renuncia, Lozano califica la gestión del directorio que él integraba como “razonable”. ¿Cuál fue el eje de la misma? Seguir desde el primer momento los lineamientos del Fondo. Es responsable de llenar sus arcas de bonos de deuda del Tesoro, permitiendo la refinanciación de las licitaciones de títulos con que los bancos y los fondos de inversión se llevaron, a cambio de postergar los vencimientos, bonos indexados a la inflación o linkeados al dólar. Todo lo opuesto a lo que el mismo Lozano proponía para la población más empobrecida del país, a quienes sugería que se les pagara el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) en patacones (bonos no convertibles), entregando la asistencia social a la desvalorización por la vía inflacionaria y/o devaluatoria.

Inclusive, pese a lo que el centroizquierdista patalee en el comunicado contra los exportadores que retienen la cosecha a la espera de una devaluación, en momentos en que las reservas del Banco Central se derrumban a paso acelerado, lo cierto es que el gran capital agrario es capaz de sentarse sobre las silobolsas y no liquidar la producción gracias a los créditos a tasa subsidiada que le otorgó la banca pública como el Banco Nación. Fueron $357.500 millones a través de la línea de Financiamiento a la Inversión Productiva, de los cuales a los pequeños productores solo fueron a parar $500 millones.

Lo que termina por cerrar el círculo de su decisión de no “sacar los pies del plato” es que en el comunicado vuelve sobre los mismos tópicos de la agenda gubernamental. Habla al aire de la necesidad de “refuerzos salariales y haberes previsionales” para quienes estén debajo de la pobreza, pero sin referirse a montos exactos ni mucho menos cláusulas de indexación para que no sigan perdiendo, cuando las filas de Unidad Popular están compuestas por burócratas de la CTA entregadores del salario como “Cachorro” Godoy o De Isasi.

Habla también de “frenar los precios” volviendo sobre las mismas tesis fracasadas como “desacoplar los precios” entre el mercado interno y el internacional, o “supervisar la formación de precios” antes de que los productos lleguen a las góndolas, todo sin reclamar la apertura de los libros de las alimenticias. Ni que hablar de su postulación de “congelar los precios”, en línea con todos los programas gubernamentales en tal sentido que uno a uno fueron revelando su inutilidad.

De ahí que las críticas de Lozano pierden veracidad. Sus rispideces con la orientación del gobierno no pasan de las maniobras de la centroizquierda oficialista para intentar mantener “a raya” a los trabajadores y el conjunto de los explotados, como los recientes amagues de ruptura de Patria Grande ante el nombramiento de Massa (aunque algunos de sus diputados lo aplaudieron al abandonar su presidencia en el Congreso). Sacar a la Argentina de la bancarrota, el saqueo, el hambre y la miseria no es posible sino a través de una ruptura del pacto con el FMI y la intervención de los trabajadores con un programa de independencia política y sus propias banderas, no las del nacionalismo burgués responsable de las penurias populares, de la entrega y el sometimiento.