Políticas

22/5/1997|540

El destacamento de hombres armados de Yabrán

El impresionante aparato represivo que rodea a Yabrán supera largamente un esquema de seguridad.


Parece más una organización ofensiva que un esquema de prevención.


Indultos


En el primer mes del asesinato de Cabezas, la columna del PO cantaba: “Menem ya no mientas más, a Cabezas lo mataron los mismos que vos dejaste en libertad”. Hoy, cuando se revela la composición del aparato de represión de Yabrán, donde revistan ex miembros de la ESMA, o gente ‘de confianza’ de Massera en la época de la dictadura, se confirma la justeza de la consigna del PO.


La impunidad del aparato represivo que actuó al servicio de la burguesía fue mucho más que un perdón. Fue la preservación de una fuente de elementos entrenados en el asesinato, la represión y, por sobre todo, en la obsecuencia al mandante para ser reclutados. Estos verdaderos ‘grupos de tareas’ se ofrecen en las agencias de seguridad que se multiplican en forma ostensible.


La privatización de la represión


En el esquema represivo de Yabrán participan 16 comisarios, agentes de inteligencia, ex represores y policías de la federal, en lo que constituye un verdadero ejército privado.


En este esquema se mueven, a su vez, los Techint, los Pérez Companc, y es la explicación del éxito de las agencias.


Este es un signo de la descomposición del Estado burgués, porque de un destacamento de hombres armados constituidos en defensa del conjunto de su clase, ahora cada capitalista arma su propio ‘ejército’, en una verdadera feudalización de la represión. Esta se debe a que la creciente criminalidad de la economía, lleva al accionar delictivo en verdaderas mafias, para garantizar su supervivencia.


También este esquema será utilizado por los patrones para tratar de doblegar a los trabajadores de sus empresas. Estos ‘grupos de tareas’ serían así los garantes de los convenios por empresa que, con tanto énfasis, impulsan los capitalistas.