El diálogo del ajuste bonaerense

En una misma semana, toda la oposición patronal desfiló en La Plata en una versión “ajustada” del “diálogo” que Scioli armó en paralelo con el gobierno nacional.

El diálogo es la pantalla de un ajuste para la Provincia, que está en cesación de pagos. Las agencias privadas estiman entre 11.000 y 13.000 millones sus necesidades financieras para cumplir incluso con los gastos operativos, por eso pide al gobierno nacional una ampliación del fondo del conurbano y el cambio de mejores condiciones para el pago de la deuda con la Nación (30.000 millones de pesos).

El “progresismo”, por su parte, redujo sus planteos al “ingreso ciudadano universal a la niñez” (como si esto pudiese terminar con la pobreza en ascenso y cuando la desocupación ya llega al 14% en el conurbano). Horas después de que Scioli anunciara un plan para darle mayor poder operativo a la Bonaerense, Stolbizer y Sabbatella fueron al “diálogo” a pedir mayor seguridad, pero no a reclamar la destitución de las cúpulas corruptas, la elección popular de los jueces, y el desmantelamiento del aparato del gatillo fácil y de los gobiernos liberales.

Los asistentes al “diálogo” no dijeron ni mu sobre el desfalco a los fondos jubilatorios provinciales (IPS). Tampoco abrieron la boca para denunciar el desvío del 80% de los fondos presupuestados para gastos sociales, y que el gobierno ha anunciado un virtual congelamiento de salarios para los docentes y empleados públicos hasta fin de año. La crisis se está cortando por los municipios, que ya anuncian sus propios ajustes y amenazan con desdoblar el pago de los sueldos a los trabajadores municipales.

El Partido Obrero denuncia al gobierno y a la oposición ajustadores y plantea el inmediato cese del pago de la deuda externa (la renegociación de esta deuda por Solá fue una de las más leoninas en la historia de la provincia), el corte a los subsidios y de la evasión capitalista, la intervención al Banco Provincia, la actualización del impuesto inmobiliario rural según el valor de mercado de la tierra (hoy subvaluada 80 veces), la apertura de las cuentas provinciales y municipales al control popular y el derecho a veto de las comisiones obreras y de vecinos para terminar con los negociados de la patria contratista.

Daniel Rapanelli