Políticas

6/12/2000|691

El dialogo social es una traición

La promesa de un ‘blindaje’ financiero para evitar que la Argentina entre en cesación de pagos está siendo esgrimida por los yankis para disciplinar a todas las fracciones de la burguesía e imponer a fondo una política entreguista y antiobrera.


Los senadores peronistas, que tienen mayoría en la Cámara y podrían por lo tanto rechazar el Presupuesto fondomonetarista, ya han señalado que lo votarán en los próximos días. Igual que los gobernadores del PJ que, hace un par de semanas, terminaron apoyando el pacto fiscal que les quitó 500 millones a las provincias.


También el Chacho Alvarez y el Frepaso apoyan el “blindaje”. El ex vicepresidente hizo circular la versión de su “retorno” a la política activa. En los próximos días se reuniría con De la Rúa para proponerle nuevos emprendimientos ‘éticos’: reforzar la reforma del Estado, echando a más empleados públicos (y privatizando sectores, como lo reclama su ‘aliado’ Cavallo); y entregar la ayuda social a un comité regenteado por los banqueros y la Iglesia. Volvemos a la ‘caridad cristiana’ del Medioevo.


El ‘blindaje’ pide como sacrificios que se haga la reforma previsional que aumenta la edad de retiro de la mujer y elimina la PBU y la jubilación estatal; más reforma del Estado despiendo a miles de estatales; que se abran las obras sociales sindicales a la piratería de los grandes consorcios financieros y se privatice el Banco Nación.


Y el ‘blindaje’ del FMI sigue pidiendo más y más sacrificios del pueblo trabajador: que se aumenten los boletos de trenes, colectivos y subtes, etc.


El gran capital es insaciable si no lo frenamos en su gula de beneficios. Ahora la Ford reclama al Estado el pago de 51 millones de dólares por el Plan Canje y otros 35 millones por reintegro del IVA de exportaciones. El conjunto de las automotrices reclama más de 400 millones del Plan Canje. Las patronales concesionarias del tren y el subte reclaman que se les adeudan 156 millones de pesos por subsidios no pagados en 1999 y otros 112 millones de este año. En el 2001 estaba previsto el pago de 286 millones de pesos, pero el Congreso bajó esos subsidios en el Presupuesto a “sólo” 78 millones de pesos. ¿Quién paga los 208 millones restantes? El pueblo trabajador a través del aumento de las tarifas. Alemann (La Razón, 4/12) plantea “que hay que aumentar más las tarifas, para que la ecuación cierre” Esto es, para que los usuarios paguemos los 78 millones restantes, es decir el total del subsidio a los empresarios.


No es sólo el tarifazo. Crece la desocupación. Noviembre ha sido mes récord en despidos y suspensiones. Cerró la cadena Wendys, dejando en la calle a 800 trabajadores; cerró Adams y despidió a 400 obreros; Clarín echó a 120 compañeros; el frigorífico CEPA a otros 500.


Las automotrices suspenden a mansalva. El sindicato (Smata) hace frente común con las patronales –que usan a los obreros como arma de chantaje social, amenazando transformar las suspensiones en despidos– para reclamar que el gobierno dé más subsidios y rebajas de impuestos a la ‘industria’.


El frente ‘nacional’ que pregonan quienes quieren unirse políticamente con sectores de la burguesía nativa conduce a un callejón sin salida, toda vez que ésta sigue atada al capital financiero imperialista y asume posiciones francamente antiobreras y antinacionales (tarifazos, reducciones salariales, entrega del petróleo, etc.).


La burocracia sindical está dilapidando el histórico paro general del 23 y 24. Y como eso el gobierno lo sabe, suena la seudoprepotencia de la ministra Bullrich Luro Pueyrredón, de Machinea FMI y del clerical De la Rúa.


Como lo demostramos hace 10 días, el movimiento obrero puede hacer saltar por los aires este andamiaje fondomonetarista. La provocación del ‘boletazo’ que ha lanzado la Alianza debe ser respondida con un inmediato paro general de 72 horas. E ir creciendo en la lucha hasta lograr que se deroguen los tarifazos, las rebajas salariales, la reforma laboral antiobrera. Huelga general hasta imponer un salario mínimo de 600 pesos; por la prohibición de despidos y suspensiones; el reparto de las horas de trabajo, sin quita salarial; el no pago de la deuda externa; la expropiación de YPF-Repsol y de los bancos; el control obrero.


El PO denuncia la tregua de las direcciones sindicales como el peor crimen contra la clase obrera. Y llama a la vanguardia piquetera que se movilizó el 23 y 24 a organizarse, en forma independiente, para dar la batalla a este régimen de entrega y miseria. A impulsar una huelga general y un Congreso Nacional de Bases del movimiento obrero y los desocupados.


Las fiestas de fin de año encontrarán miseria en la mesa de millones de desocupados. Por eso se incuban nuevas movilizaciones piqueteras para reclamar por “Pan y Trabajo” Hay que echar a los que nos sacrifican en el altar del ‘blindaje’ fondomonetarista; que una Asamblea Constituyente tome el poder para que las masas puedan debatir la reorganización social y económica del país en beneficio de los intereses de los explotados.