Políticas

14/11/2002|780

El Edi, cómplice intelectual de la estafa del trueque

Miguel Vittone, dirigente del Polo Obrero de Berazategui, denunció en Prensa Obrera en marzo pasado la enorme confiscación política y económica del trueque, algo que la realidad confirmó plenamente. En su momento, Vittone fue criticado por un conspicuo integrante de los “Economistas de Izquierda”, Jorge Marchini, en una carta aparecida en el Correo de Prensa Obrera (18/4).


Marchini firmó su carta como “Profesor de Economía UBA-CBC”, con el indisimulado propósito de hacer valer la “chapa” frente a lo que suponía la falta de “saber económico” de un dirigente piquetero. El derrumbe del trueque muestra que el “profesor” tiene mucho que aprender del piquetero.


Vittone denunció la manipulación y la ausencia de cualquier control en la emisión de los “créditos” por parte de los punteros y las mafias del trueque. Marchini respondía que “es una falta de respeto y una negación de la verdad(…) decir que la emisión de créditos se plantea en todos los nodos como una ‘guerra mafiosa’. Debe señalarse –insistía Manchini–, que en la Red del Trueque Solidario existe una transparencia informativa –publicación del estado del circulante, auditoría por comisión abierta, inyección no arbitraria de nueva emisión, etc.– que no es habitual en la mayoría de las organizaciones sociales y políticas de la Argentina (ni siquiera en los partidos de izquierda, incluido el PO)”. Mientras el piquetero alertaba a los trabajadores de que los punteros y las mafias del trueque emitían “créditos” a mansalva, desvalorizando la “moneda” como una vía para confiscar a los trabajadores, Marchini actuó como su encubridor y hasta como su cómplice intelectual.


La “transparencia informativa” que Marchini atribuía al trueque nos excusa de cualquier comentario sobre la otra barbaridad, típicamente anti-izquierdista, de los “economistas de izquierda”, acerca de la “falta de transparencia” del PO. Los que se han devaluado son los “créditos” y su defensor intelectual, el “profesor Marchini”; a la vista de los trabajadores, en cambio, el PO se revaluó porque supo denunciar y combatir una estafa… que el miembro del Edi convalidó calurosamente.


El piquetero denunció el “brutal nivel de explotación de la fuerza de trabajo que se ofrece en los nodos”. El “profesor” respondía que esa acusación era “injustificable” y que Vittone “evidentemente no comprende el mecanismo del trueque”. Pero cuando la hora de cátedra de un profesor universitario equivale a 6 centímetros cúbicos de aceite, o la jornada de un herrero “vale” en el trueque 300 centímetros cúbicos de vino, ¿hay o no una explotación, verdaderamente brutal, del trabajo en el trueque? ¿Quién es el que “evidentemente no comprende”?, ¿el piquetero o el “profesor”?


El “profesor Marchini” reivindicó el trueque porque, dijo, “fomenta la dignidad del trabajo”. ¿Qué “dignidad” puede haber en el trabajo de esa profesora o ese herrero que se paga a razón de centavitos por hora? Lo que el “economista de izquierda” reivindicaba era, simplemente, la explotación capitalista en su forma más cruda y la confiscación (hiperinflacionaria) de los trabajadores-consumidores.


Este planteo de la “dignidad del trabajo” es un elemento constitutivo del programa del Edi, que en su documento-programa reivindica un “seguro de empleo” (no al desempleo), es decir un nuevo piso salarial en la “línea de la pobreza”. La defensa de Marchini de la explotación del trabajo en nombre de la “dignidad” confirma que Pablo Rieznik dio exactamente en el clavo cuando caracterizó que “la ‘cultura del trabajo’ que reivindican los Edi es la expresión alienada por excelencia (explotadora) de la condición obrera (humana) bajo el capitalismo” (Prensa Obrera, 18/7).