El “empalme” de los planes sociales, un subsidio a las empresas


El anuncio de Mauricio Macri en el acto convocado por el burócrata de Uatre (Trabajadores Rurales) Gerónimo Venegas, sobre el tema del “empalme” (por el cual podría utilizarse el monto de los planes sociales que paga el gobierno como parte del salario si un beneficiario es incorporado como empleado en una empresa), no beneficia a los trabajadores sino a los capitalistas. Así, se le dará un subsidio a la patronal por esa cifra -que hoy alcanza a los 4.030 pesos-, que se descontará del monto que deben pagar por salario.


 


Además, agravará la calidad del empleo, ya que impulsa diversos mecanismos de despido a los efectivos actuales para que se los reemplace por trabajadores más precarizados, con salarios menores y a los cuales, además, el gobierno les pagará una parte importante del sueldo.


 


El proyecto -que alcanzaría a un universo de alrededor de 280.000 beneficiarios en esta primera etapa- financia con fondos públicos, costeados por toda la población, los salarios que deben pagar las patronales. Según estimaron fuentes gremiales, durante 2016 hubo más de 400 mil despidos, es decir que si estos fueran efectivamente nuevos empleos, el proyecto ni  siquiera llegaría a compensar los puestos de trabajo perdidos.


 


“Es una orientación de recursos hacia los empresarios en la línea del ajuste que llevan adelante el gobierno nacional y los gobernadores y no una creación de empleo para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores desocupados y precarizados”, dijo Gabriel Solano, dirigente del Partido Obrero.


 


Además, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, aclaró que el voucher de 4.000 pesos del plan social solo servirá para ser utilizado en salarios de un máximo de 12.000 pesos brutos, es decir de algo menos de 10.000 pesos de bolsillo. Por eso estima que sólo permitiría alcanzar a obreros superexplotados, y con salarios de miseria, de los sectores rural, textil y de la construcción.


 


El proyecto establecería también que el subsidio se extenderá por un máximo de 24 meses y aún no está claro qué sucedería siquiera con la indemnización que debería cobrar el trabajador en caso de ser despedido. Si el subsidio -o voucher- no forma parte del salario, la indemnización podría llegar a ser considerablemente más baja para la patronal y un nuevo subsidio para los capitalistas, en este caso directamente para que despidan a su gusto o necesidad.


 


Por otra parte, tampoco es seguro que el plan efectivamente se mantenga en caso de despido. Es que Macri, en el acto, aclaró que la idea es “reconvertir” los planes que se cobran desde la crisis de 2001 y que eran “transitorios”, pero “pasaron los años y siguen en la misma situación” y Triaca recalcó que se trata de pagar los voucher “por un plazo máximo de dos años”. Es decir que no aparece muy oculta la intención de terminar con ellos.


 


De todas maneras, aún con todas estas características, el plan no termina de resultar atractivo para los empresarios. Es que quieren garantías de una extensión del subsidio en el tiempo o la gratuidad del despido, ya que ni siquiera quieren asumir el compromiso de estabilidad a plazo para los trabajadores que eventualmente incorporen.


 


El gobierno del ajuste, de los despidos masivos, de los salarios a la baja, de los subsidios a los capitalistas, no da ni dará un paso en la mejora del empleo.


 


El programa obrero frente a la crisis y el desempleo es:


 


• Prohibición de despidos.


• Reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario.


• Estatización de toda empresa que cierre y su puesta en marcha bajo control obrero.


• Trabajo para todos los beneficiarios de planes sociales.


• Salario igual al costo de la canasta familiar