Políticas

10/12/2009|1112

El Estado mata y encubre a los asesinos

El asesinato de Carlitos, un laburante que esta semana iba a dejar de ser desocupado porque había conseguido entrar en una empresa de recolección de residuos, desató una gran movilización en un barrio de Isidro Casanova, en La Matanza. Desde que lo mataron, la familia de Carlitos viene soportando toda una serie de provocaciones por parte de la policía y de los asesinos que andan libres.

Zonas liberadas

La compañera y la hija de Carlitos fueron amenazadas por uno de los asesinos en la calle a plena luz del día. En la primera movilización, ampliamente difundida en el barrio, la policía dejó la casa del asesino como zona liberada, esperando algún exceso de los manifestantes -que nunca se produjo-, con el objetivo de correr el eje de la atención. Una segunda movilización terminó en una feroz represión con balas de goma.

El viernes a la mañana, vecinos, familiares y amigos se movilizaron a la fiscalía. Allí se efectuó otra manifestación con presencia de los medios locales, para poner en evidencia el encubrimiento del asesino de Carlitos por parte del Estado. La familia fue agredida por un policía que entraba a la fiscalía. A Carlitos lo mataron para robarle una moto. El accionar de la policía pone en evidencia su complicidad en este robo y asesinato.