Políticas

30/10/2003|823

El Estado Patronal quiere expropiarle una victoria a la clase obrera

Después de una cerrada negativa a abordar la expropiación de la fábrica Brukman, los legisladores porteños que responden a Ibarra (Fuerza Porteña) y a Macri acaban de llegar a un acuerdo para tratar esta cuestión el próximo jueves 30 de octubre.


Ocurre que la Justicia comercial acaba de decretar la quiebra de los Brukman. La patronal ha sido “desapoderada” por el peso de la propia bancarrota capitalista. Mucho antes de ello, los trabajadores de Brukman los habían hecho caducar con la ocupación de la fábrica.


Por varios motivos, la prolongación del concurso de acreedores de Brukman constituyó un hecho escandaloso, aun desde la lógica del derecho comercial. El 40% de la deuda verificada correspondía a un “acreedor” fantasma, con domicilio en el exterior, es decir, un sello societario perteneciente a los propios Brukman. Otro 25% correspondía a deudas con el Estado y el fisco. Comprobado semejante acto de vaciamiento, la quiebra debió haber sido dictada sumariamente. Pero ello habría legimitado la ocupación de la planta por parte de los trabajadores. La Justicia, el Estado y sus partidos se empeñaron, en cambio, en establecer un castigo a la acción obrera: por un lado, se inició una acción penal por usurpación, que culminó en el desalojo violento de los obreros de Brukman. Por el otro, el gobierno de Ibarra bloqueó, por todos los medios, cualquier salida legislativa favorable a los obreros. Con la expulsión de los trabajadores se apostó a crear el “espacio” necesario para reconstruir la operación de la patronal.


La resistencia obrera, las maniobras del Estado


Pero el desalojo violento no logró quebrar la resistencia. La gigantesca movilización que, en mayo pasado, derribó las vallas policiales sobre Brukman; el campamento y la vigilia permanente sobre la fábrica para impedir el ingreso de los patrones; las grandes marchas de la ANT que tuvieron a Brukman como uno de sus ejes, frustraron las tentativas de los patrones de “volver a la calle Jujuy”. La quiebra es el reconocimiento de ese fracaso. Pero también el punto de partida de nuevas maniobras. Aunque los bloques de Ibarra y de Macri le han puesto fecha al tratamiento de Brukman, llama la atención que no se haya convocado a reuniones públicas de la Comisión de Presupuesto que debería emitir un dictamen sobre el proyecto. Tampoco han sido convocados los funcionarios del gobierno que, invariablemente, se pronuncian sobre los proyectos de “fábricas recuperadas”. Brukman no tiene un tratamiento público en la Legislatura. Pero, en “privado”, circulan diversas objeciones al proyecto que aprobó la Comisión de Desarrollo meses atrás, que dispone la expropiación de las maquinarias y una ocupación transitoria del inmueble. Entre ellas, sobre el “elevado costo” que tendría para el Estado el arrendamiento de todo el predio de la calle Jujuy, e incluso también sobre el “elevado valor de las máquinas”, ello a pesar de que la propia Legislatura acaba de resolver que los activos muebles de estas expropiaciones serán valuados a precio de remate. En este cuadro, el tratamiento “directo” en el recinto podría servir para modificar el proyecto de expropiación parcial a último momento. Entre esos cambios trasnochados, podría declararse la ocupación transitoria tanto de las máquinas como del inmueble . En ese caso, la cooperativa de trabajadores estaría obligada a afrontar a su costa la compra de las máquinas una vez vencida la ocupación temporaria, ya no ante el Estado, sino ante la propia quiebra. Por otro lado está la continuación de las acciones penales vinculadas con la ocupación de la fábrica.


Llamamos a movilizarnos, el próximo jueves 30, a la Legislatura de la Ciudad: por la entrega inmediata de Brukman a sus trabajadores; por su expropiación y la entrega de sus activos, sin cargo, a la gestión obrera; por el desprocesamiento de todos los compañeros de la fábrica.