La patronal de Iveco logró nuevos beneficios del Estado: líneas de créditos del Banco Nación para la compra de camiones, a tasa subsidiada; financiación de las exportaciones, etc.
Pero el mismo acuerdo prolonga por tres meses las suspensiones de los contratados, que están siendo presionados para que acepten una suerte de indemnización y se sumen (son 89) a los más de 300 que ya quedaron en el camino.

En este cuadro, el compromiso de de mantener a los 550 efectivos es una pompa de jabón.
El secretario general de la UOM, Augusto Varas, denunció que la crisis se está agudizando para reclamar más subsidios para las empresas.

Omar Dragún, del Smata, fue clarísimo: “Que se olviden (los 89 trabajadores contratados de Iveco) de volver a trabajar en 2009 y 2010”. Dragún quiere desmoralizar a los trabajadores que resisten. Quiere empujarlos a la desvinculación.

Los trabajadores también han sido claros: quieren volver a trabajar y que se establezca el reparto de las horas de trabajo. Con esas banderas vienen haciendo cortes de ruta.

Eduardo Salas