Políticas

19/10/2015

El estallido en el Clínicas y el apagón desnudan la crisis de la UBA

Luego del estallido en el piso 12 del Hospital de Clínicas, que expuso el estado de vaciamiento y desidia de años, y de la creciente movilización de estudiantes, docentes y trabajadores, la lucha dio sus primeros frutos. Con la presencia en el Consejo Directivo de la Facultad de Medicina, y la marcha al Congreso Nacional en ocasión de votarse el Presupuesto 2016, se arrancó una partida de 1.000 millones agregados para los hospitales universitarios del país. Sin embargo, la asamblea que ha organizado la defensa del hospital fue concisa en cuanto a sus definiciones. Se aclaró que esa partida es para todos los hospitales universitarios del país, sin que se indique qué parte iría al Clínicas. Se sostuvo que ante la crisis en la que está sumergido el hospital, ese dinero será sólo un parche, y que aún se mantienen en sus cargos los funcionarios de la UBA imputados por malversación de fondos vinculados con el Clínicas.


 


La movilización al rectorado de la UBA fue otra instancia clarificadora. Cientos de estudiantes que marcharon al Consejo Superior se encontraron en primer lugar con el faltazo a la sesión del rector, Alberto Barbieri (flamante candidato de Scioli para su futuro Ministerio de Educación) y con autoridades de la Universidad que incluso atribuyeron la explosión a un “sabotaje” y a “una puerta mal cerrada”. A su vez, le negaron el uso de la palabra a un representante votado por la Asamblea para exponer la problemática ante el Consejo. Los consejeros estudiantiles por la mayoría, entre ellos los de la UJS-PO, denunciaron la situación del Clínicas y reclamaron el tratamiento inmediato (sobre tablas) del proyecto elaborado por la asamblea, que pedía el aumento presupuestario y una comisión investigadora independiente para el seguimiento de los fondos, los puntos más destacados.


 


El bloque de la minoría estudiantil en el Consejo Superior, Nuevo Espacio, decidió ir por fuera del planteo de la asamblea y presentar un proyecto propio para entregar mayor presupuesto y una “auditoría interna”, lo cual equivale a un cheque en blanco para los vaciadores del hospital, como Yacobiti, que forma parte de su mismo bloque político. Eligieron, en cambio, votar en contra del proyecto presentado por la asamblea junto con los consejeros Gelpi y Rothlin, que son parte de las autoridades de la Facultad de Medicina.


 


La asamblea decidió en este marco seguir con sus iniciativas, organizar nuevas charlas debate y jornadas de difusión, conformar la Comisión Investigadora Independiente integrada por representantes de los distintos claustros, junto con personal y trabajadores del hospital, solicitar una audiencia pública en el Congreso Nacional y movilizarse al Ministerio de Educación Nacional.


 


A esta crisis abierta en la UBA se le sumó el apagón que afectó a la zona de Recoleta, que dejó sin luz a la Facultad de Medicina. Ante la falta de generador eléctrico, los investigadores perdieron meses de trabajo y elaboración. Todo esto motivó una asamblea de docentes e investigadores que decidieron movilizarse al próximo Consejo Directivo para reclamar por un plan de contingencia para este tipo de situaciones. 


 


Este gran movimiento de lucha refuerza el valor de las bancas del Frente de Izquierda, quienes como en el caso de Pablo López, denuncian el vaciamiento de la salud y la educación públicas y le anteponen un programa de salida a la crisis, mientras el resto de los bloques políticos son parte del desfinanciamiento. La convocatoria a una audiencia pública (en conjunto con la movilización al ministerio) debe ser una instancia fundamental para que el FIT actúe como una voz para quienes se movilizan en defensa de la salud, de manera independiente del rectorado y el gobierno.