Políticas

25/9/2003|818

El FMI no se olvidó de los piqueteros

El acuerdo con el FMI no se olvidó de los piqueteros. Les dedicó todo el punto 15. Dice textualmente que “el gobierno seguirá trabajando para mejorar la eficiencia y distribución de los planes para Jefas y Jefes de Hogar asegurándose de que los beneficios se mantengan debidamente por debajo del nivel salarial de baja calificación… y haciendo cumplir los requisitos de trabajo, al mismo tiempo que mejorando la utilidad de las actividades de la fuerza laboral” (destacado nuestro).


El planteo antiobrero de Kirchner-Lavagna es claro: que los compañeros de los planes trabajen por debajo ya no del salario medio ni tampoco por debajo del salario de la actividad fijada por el convenio. No, directamente, por debajo del salario de la categoría más baja. Esto significa que los 150 pesos no se modifiquen, aunque se prevea una inflación del 10,5% para el año próximo.


El acuerdo elogia el plan “Manos a la Obra”, que se basa en “conchavar” trabajadores de la construcción a 300 pesos por mes (Clarín, 19/9), es decir por el salario mínimo de 1,50 pesos la hora.


Con esto, las patronales logran varios objetivos. Primero, tener obreros por entre 150 y 300 pesos por mes, en todo o en parte pagados por el Estado. Segundo, mantener a raya los salarios del conjunto de los trabajadores, a través de la presión que ejerce la existencia de una “fuerza laboral” obligada a trabajar “debidamente por debajo del nivel salarial de baja calificación”.