Políticas

16/5/1996|494

El fraude bancario más grande de la historia argentina

“Este es el fraude bancario más grande de la historia argentina por el número de damnificados y por el monto que hay en juego” (La Nación, 10/5/96).


Y no es para menos. La quiebra fraudulenta del BID (Banco Integrado Departamental), de la que participaron no sólo los directivos del banco sino el presidente del Banco Central, Roque Fernández, el superintendente de Entidades Financieras, Eugenio Pendás, y el director del BCRA, Pedro Pou, dejó a 137.000 ahorristas en la lona con una deuda total de 700 millones de pesos. Si, según todos los diarios, el patrimonio del BID suma 3,25 millones, ¿cómo fue que la Superintendencia de Bancos y Entidades Financieras y el propio BCRA no se percataron de que el BID marchaba a la quiebra?


En realidad fueron sus promotores. El BID, un banco que a comienzos de 1995 fue suspendido porque estaba en ‘rojo’, fue obligado por el Banco Central a absorber a otros dos bancos quebrados, el Aciso y de la Ribera. “Me obligaron por escrito, por una resolución, a quedarme con los dos bancos… Cuando el BID estuvo suspendido, en junio, el Central nos intimó a aprobar la absorción de los dos quebrados y, si no lo hacíamos, nos liquidaban a nosotros”, dijo Roberto Cataldi, ex-gerente del BID (El Cronista, 8/5).


Río, Francés, Feigin, Galicia…


Otra revelación de Cataldi es que previamente se arregló “para que los bancos Río y Francés se cobraran operaciones de canje de valores con el ex-Aciso, a través de la Red de Seguridad del Nación” (El Cronista, 9/5). Además, el Banco Central le dio 50 millones al Banco de Galicia, a cuatro años y medio (54 meses) sin intereses, para que se quedara con 40 sucursales del ex-BID (ídem). Es decir que los préstamos del BCRA al BID sirvieron de ancla para el salvataje del Río, Francés y Galicia.


Este ‘affaire’ está en la Justicia. “La investigación fue abierta a partir de una curiosa sucesión de acontecimientos. Primero el BID recibió buenas calificaciones de las empresas Broda, Domínguez, Econsult, Duff & Phelps y Magister” (Clarín, 11/5).  Luego,  fue calificado como triple B por Risk Analisys, que dirige Diana Mondino, esposa del superintendente Pendás. Estas ‘reputadas’ calificaciones, a un banco a todas luces quebrado, revela toda una operación orquestada de vaciamiento.


Pero esto no es todo, porque también se abrió una investigación “por presuntas irregularidades ocurridas durante el proceso de liquidación del ex-Banco Feigin” (Ambito, 8/5), y hay otros dos procesos, que también involucran al Banco Central, en relación a las quiebras fraudulentas del Banco Austral y Basel.


Tanto el BID, el Austral, el Basel y el Feigin están acusados, además, de estafas a través de convenios de comercio exterior con Uruguay. “Un acuerdo firmado en el marco de la ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración) establece que los bancos centrales de los países miembros son los garantes de las operaciones entre los bancos privados” (Noticias, 4/5). Estos bancos no devolvieron préstamos a entidades financieras uruguayas, conseguidos por medio de operaciones fraguadas de comercio exterior, dejándole un ‘muerto’ de 86 millones de dólares al Banco Central argentino.


Ahora, “el Banco Central de la República Argentina aceptó pagar 50 de los 86 millones que adeuda a su similar de Uruguay por exportaciones realizadas en el marco del convenio de pagos de la ALADI” (El Cronista, 6/5), lo que originó un conflicto diplomático y bancario con Uruguay por los 36 millones restantes. Sencillamente, el Banco Central de Uruguay amenaza con llevar al BCRA a las cortes internacionales.


Carlos María Ganduglia, ex-titular del Banco Austral, reveló que otros 14 bancos realizaron operaciones similares con Uruguay y que el Banco Central solamente denunció al BID, Austral y Basel. Ganduglia amenazó con dar los nombres de esos bancos, como prenda de negociación para salvarse de ir en cana.


La cosa no termina aquí, porque también está saltando una operación fraudulenta con las privatizaciones de los bancos mendocinos, anuladas por el gobernador, que habían ganado el grupo Magna y el Banco República. Se dice que es para dárselos al Banco Galicia.


Quiebra


Estas estafas bancarias salieron a la luz como consecuencia de la envergadura de la crisis bancaria. Mientras Cavallo se pavonea diciendo que el sistema bancario argentino es más sólido que el brasileño, el cual está salpicado por toda clase de fraudes, el presidente, medio directorio del Banco Central y toda la Superintendencia de Entidades Financieras, incluida la mujer del superintendente y el gurú Broda, están calificados legalmente para ir a Devoto. El propio Cavallo utilizó 120 millones del Banco Nación y se los dio a la Tesorería el 30 de abril, para  abultar los ingresos de la Tesorería y presentar las cuentas fiscales ‘en orden’.


Sucede simplemente “que casi la mitad de los fondos correspondientes a la cartera de créditos en el sistema financiero se encuentran en situaciones cuyas calificaciones van de ‘riesgo potencial’ a ‘irrecuperable’ ” (La Prensa, 21/4). En consecuencia, los bancos ya no pueden disimular sus pasivos ocultos ni las operaciones fraudulentas ni la connivencia del Banco Central.


El ‘plan’ Cavallo es un gigantesco fraude que debería dirimirse en los Tribunales.