Políticas

17/2/2005|887

El fraude cooperativo kirchnerista

Obra basura + trabajo basura


“Cada tanto nos cargan en un camión y tenemos que ir a aplaudir a Kirchner.”


 


La frase pertenece a un joven conchabado a 2,50 pesos el metro de zanja para el plan “Agua más Trabajo” en La Matanza. A menudo el Presidente inaugura algún tramo, acompañado por D’Elía y por la CCC. En muchos de los carteles de propaganda de la construcción de la red se lee “logro de la CCC”. Muchos punteros de Balestrini están de jefes de las cooperativas, las demás están dirigidas por integrantes de las mencionadas organizaciones piqueteras.


 


La voz de orden para los “pibes nuevos” es: negro de frente march. Los miembros plenos de las cooperativas tienen un status ‘sui generis’: son monotributistas especiales para que no se les caiga el plan Jefes. Es que en los comienzos de estas “cooperativas de trabajo” se produjo una crisis porque al ingresar como monotributistas se les caía el plan. El importe que cobran los cooperativos oscila entre 4 y 5 pesos, depende de la cooperativa, pero siempre por metro de zanja. Estas oscilaciones son demostrativas de un curro de los organizadores de las cooperativas que pueden regular la tarifa de trabajo humano. Los contratados se tienen que llevar su propia pala y pico.


 


La Uocra matancera ha denunciado a las cooperativas kirchnerianas como herramientas contra el convenio y el blanqueo en las obras de la construcción. Es que ni los cooperativos ni los contratados tienen obra social, ni aportes jubilatorios en regla de acuerdo al convenio de la construcción, no están sindicalizados ni tienen libreta de empleo, por lo cual no poseen derechos indemnizatorios.


 


Como se puede apreciar, es trabajo a destajo. “Cuando hay tosca no sacás ni 50 pesos en la semana”, relatan los compañeros. Trabajan, además, mujeres y menores de 13, 14 ó 15 años, algo totalmente impropio y de consecuencias físicas irreversibles.


 


Este paraíso de la flexibilidad laboral no lo soñaron ni los mismísimos Techint o Benito Roggio, pero ahora ya lo acarician, por eso están detrás de la eliminación de los planes de empleo. Para no quedarse atrás de las cooperativas de trabajo “solidarias” de la Alicia Kirchner.


 


Las cooperativas de “trabajo” (no de producción) están prohibidas por el derecho laboral, son una estafa que encubre la relación de dependencia. El Soip logró 27 dictámenes de fraude laboral (tal la denominación técnica) en el puerto de Mar del Plata, realidad común a los puertos del sur, bien conocidos por Kirchner. Él sabe de lo que habla cuando dice que la salida a la desocupación son las cooperativas de trabajo: se trata de llevar al extremo la flexibilidad y el trabajo en negro. Pero con el barniz cooperativo que permite cooptar organizaciones piqueteras, intermedias, ONGs y punteros de diversa calaña, encargados de la gestión que deja el “vuelto” a la capa dirigente.


 


Cooperativas similares son las que se forman para el programa Techo y Trabajo, de viviendas. No se trata tampoco de autoconstrucción, porque los adjudicatarios de las casas no coinciden necesariamente con los constructores. De manera que el tema de las “cooperativas de trabajo” está en el corazón de la política social de cooptación antipiquetera del gobierno nacional. No más de 25.000 personas, a lo sumo 30.000, están empleadas por estos sistemas en todo el país, con fuerte rotación y sobresaltos en los cobros de salarios que oscilan en los 400 ó 500 pesos con el plan incluido. Como se ve, esto es una salida a la “cuestión piquetera”, no a la desocupación de millones de trabajadores.


 


Buscan llevarnos a la autoexplotación y a la connivencia con el trabajo informal.


 


La limitadísima inversión de la red de agua de La Matanza es estatal, pero tampoco es el Estado el constructor. La dirección de obra está en manos de cuatro concesionarios privados que se llevan el bocado del león y están exentos de la “sucia tarea” de contratar el personal. En el futuro la red la administrará, naturalmente, Aguas Argentinas con las tarifas que emerjan de la actual crisis del agua.


 


Las organizaciones vecinales de Matanza abren enormes interrogantes sobre el destino final de la obra del agua, por la contaminación de las napas, por el bajo porte de los caños, etc. Efectivamente, los pozos para barrios enteros los está haciendo el Ejército, que cotizó más bajo que Aguas Argentinas, lógicamente empleando soldados, con tecnología antediluviana.


 


Las asambleas matanceras del Polo Obrero y el Partido Obrero votaron un plan político de denuncia. Una propuesta de organización mediante elección de delegados para elevar los reclamos de los trabajadores contra la dictadura patronal de los punteros que dirigen las obras.


 


Denunciamos que mientras se hacen estas obras truchas con sudor y lágrimas de los compañeros, invirtiendo chirolas, el gobierno lleva pagados 65 millones de dólares al BID de las deudas contraídas por Aguas Argentinas, responsable del total incumplimiento de las obras comprometidas antes y durante el gobierno de Kirchner ( Clarín , 31/1 y 4/2).


 


Levantamos un programa frente a este gravísimo problema: reestatización bajo gestión obrera sin pago de deuda alguna, ningún tarifazo, exención a los desocupados, red de cloacas, obras antiinundación, todas mediante inversión pública y a propuesta y control de las organizaciones populares, sin injerencia privada, mediante contratación de compañeros en blanco con salario equivalente a la canasta familiar, provenientes de bolsas de trabajo bajo control de asambleas de base de las organizaciones vecinales y piqueteras.