Políticas

23/6/2011|1182

El fraude de las colectoras

Tanto el candidato oficial, Sapag, como su oponente Farizano, concurrieron a la pasada elección del 12 de junio con una red de colectoras, que en ambos casos incluían partidos que a nivel nacional aportan a variantes opuestas a las que apoyan en Neuquén.

No bien terminada la votación, la duhaldista Unión Popular, que apoyó a Sapag, se despegó del apoyo de éste a la candidatura de Cristina Fernández.

Con el escrutinio definitivo surge otro dato del fraude: el MPN como partido ha hecho la peor elección desde 1983, con apenas un 28% de votos. Sapag ganó su reelección con el 45% por los 17 puntos que le aportaron las colectoras.

En realidad, el MPN tuvo la misma cantidad de votos que participó de su interna hace pocas semanas atrás.

Hay que agregar que el MPN perdió cinco intendencias (tres de ellas en ciudades con muchos electores) y no recuperó ninguna.

Pero a la UCR no le fue mejor: obtuvo apenas un 6%. El PJ un 10,7%. El ARI un 5,5% y el PRO un 1,5%.

La conclusión es clara: los partidos se desintegran y sus candidatos sobreviven a fuerza del pulmotor de colectoras. Las variantes patronales que tratan de aparecer como “nuevas” fracasan rotundamente.

La otra conclusión es que estos resultados se explican porque tuvieron lugar en un período de transición en la maduración política de las masas. El candidato que gana pertenece al partido que hace su peor elección en los últimos 28 años, gana la provincia pero pierde en los municipios.

El Frente de Izquierda y de los Trabajadores necesita tomar nota de lo que expresan estos resultados. Se abre la oportunidad de un gran trabajo colectivo en la banca y en las calles.