Políticas

22/11/2017|1483

El Frente de Izquierda debe tomar la iniciativa contra el plan de guerra de Macri


El plan de guerra anunciado por Macri luego de las elecciones pone a prueba al conjunto de las fuerzas políticas y sirve como un elemento enorme de clarificación de cara a los trabajadores y al conjunto de la población. Esto vale también para el Frente de Izquierda, que con el 1.2 millón de votos obtenidos reforzó su posición de referencia electoral de la izquierda. El resultado del FIT, siempre según el punto de partida de cada fuerza y las expectativas previas, fue balanceado como positivo en contraste con el retroceso general de la oposición patronal, empezando por el pejotismo-kirchnerismo, y ni qué hablar si se contrasta con la desaparición del centroizquierda.


 


Punto de partida


 


El punto de partida para diseñar una intervención del FIT supone dotarse de una caracterización correcta. Contra los que conjeturan que la ofensiva de un gobierno de derecha atenúa las contradicciones en la oposición y avalan un ´frente único´ entre la izquierda y el kirchnerismo, destacamos que el intento de Macri de avanzar contra las conquistas históricas de los trabajadores acentúa como nunca antes las divergencias y la lucha política que de ellas se deriva. 


 


No podría ser de otro modo, pues las fuerzas de la oposición patronal son dependientes de la clase capitalista que hoy homogéneamente se agrupa detrás del gobierno macrista. Este seguidismo ha quedado debidamente plasmado en la firma de Alicia Kirchner al pacto fiscal de Macri con los gobernadores, que tiene como piedra basal el desmantelamiento del régimen previsional, la reducción de impuestos a las patronales y su reemplazo por nuevos impuestazos contra los trabajadores.


 


La burocracia nac&pop


 


Esta conducta del kirchnerismo en el plano político tiene su traducción en el movimiento obrero. Las burocracias que se reclaman aún seguidoras de la ex presidenta han estado a la cabeza de las peores entregas. Aunque digan rechazar la reforma laboral, han firmado en sus respectivos sindicatos convenios flexibles, como son los casos de Atilra y los petroleros de Santa Cruz, y hasta el congelamiento salarial por dos años, como hizo la UOM de Tierra del Fuego. Esta entrega de convenios y de la paritaria anticipa que cualquier movilización que estos sectores puedan hacer contra la reforma laboral será un evento aislado y de contención.


 


Para el Frente de Izquierda esta caracterización es fundamental, porque debe llevarlo a intensificar una lucha política por estructurar una salida independiente de los trabajadores, evitando todo tipo de seguidismo al nacionalismo decadente y en descomposición. El macrismo se valió de estas limitaciones insalvables de la oposición para imponerle su punto de vista a la población, conquistando así un triunfo electoral. Ni el pejotismo-kirchnerismo ni el massismo pudieron oponer al programa de ajuste del gobierno un programa de ajuste a los ajustadores. El planteo de repudio a la deuda externa, de nacionalización del petróleo y del conjunto de los recursos naturales, la nacionalización de la banca y el control obrero de la producción sólo pueden ser enarbolados por una fuerza obrera y socialista, defensora del gobierno de los trabajadores. El Frente de Izquierda debe asumir este desafío lanzándose a una gran campaña política.


 


El FIT y el movimiento obrero


 


Lo mismo vale para librar una lucha estratégica en el movimiento obrero. El Frente de Izquierda debe movilizar al activismo antiburocrático y clasista en los sindicatos, para desarrollar una lucha a fondo contra el plan de guerra de Macri. Esta acción necesariamente reclama una vigorosa delimitación política, combinada con la acción de lucha de las posiciones conquistadas por la izquierda. Es lo que ha hecho el Sutna, que ya anunció un paro para el día que se trate la ley laboral en el Congreso, sin esperar a que la CGT convoque a uno. Lo mismo ha ocurrido en las secciones de los Sutebas combativos. Sin embargo, el FIT no actuó en común. Los compañeros del PTS se opusieron a votar un paro, si antes éste no era declarado por Baradel. El PTS adoptó esta orientación conservadora en nombre del ´frente único´. Pero la política de frente único es un instrumento de lucha política, que nunca debe confundirse con el seguidismo a la burocracia o al nacionalismo. De lo contrario, conduce a la neutralización de la izquierda revolucionaria y del clasismo.


 


La cuestión del frente único, como siempre, debe comenzar por casa. Antes de reclamar a los sindicatos una acción común, ésta debe ser llevada adelante en la práctica por el propio Frente de Izquierda. El desafío lanzado por Macri y su plan de guerra reclama una acción enérgica del FIT como polo político independiente de los trabajadores.


Elevamos esta propuesta a la Mesa Nacional del FIT y la colocamos a debate de toda la militancia y la periferia. Vamos a una gran campaña contra el paquetazo reaccionario del gobierno, con una agitación y propaganda común, y acciones de lucha que diseñemos a nivel nacional.