Políticas

14/7/2011|1185

El Frente de Izquierda en la Ciudad, el 14 de agosto

Nuestro Frente de Izquierda recogió el domingo pasado una votación marginal, al punto que en la categoría de legisladores, solamente, la votación del Frente de Izquierda en la Ciudad reiteró los escasos votos sumados de nuestros partidos en 2009, unos 18.000 votos. En relación con 2007 hay un retroceso manifiesto, o sea que, unidos, hemos sacado menos votos que separados. En 2007 no existían Proyecto Sur ni Zamora. De aquí emerge una conclusión principal: nuestro Frente no logró hacerse visualizar como la corporización de la izquierda ante el electorado de izquierda de la Ciudad, el cual se manifestó en Solanas, principalmente, y por otra parte en las colectoras del kirchnerismo. El electorado de izquierda votó a los frentes de colaboración política con el centroizquierda y con algunas alas del gobierno.

Se puede apuntar para este fracaso el escaso tiempo de existencia del Frente de Izquierda y, de otro lado, la desmoralización política del electorado de izquierda, al alimentar ilusiones en una alianza con el centroizquierdismo que se caracteriza por la colaboración con el capital. La influencia creciente de los partidos del Frente en los medios estudiantiles, sindicales y fabriles se encoge como una esponja cuando confronta con los grandes números que componen el electorado.

El mal resultado de las elecciones porteñas deja al Frente de Izquierda ante un desafío: responder con una respuesta conservadora (sectaria) que reduciría su acción política a esos “nichos”, o desarrollar el Frente con una política que incorpore en forma más activa a los luchadores que se concentran (y confinan) en las luchas parciales o reivindicativas. El fracaso en las elecciones de la Ciudad podría provocar una reacción conservadora entre algunos sectores que se agruparon para apoyar al Frente de Izquierda e incluso a revisar ese apoyo. Nuestra posición es que, por el contrario, debemos discutir una profundización y una ampliación de ese apoyo, para hacerlo realmente activo. La derrota abrumadora del kirchnerismo y la expiración del pinismo o solanismo (confinado por su crisis a los límites de la Ciudad) deja una brecha política para conseguir la participación de sectores nuevos en la experiencia de desarrollar el Frente de Izquierda. Es necesario dar la pelea y verificar sus resultados. Los obstáculos que hemos encontrado refuerzan la necesidad de una política de frente único entre las organizaciones en las que se expresa el activismo revolucionario.

Hay que tener en cuenta lo siguiente: el agrupamiento de fuerzas políticas en la Ciudad, el 14 de agosto, será diferente. Por de pronto, no puede presentarse el ganador, el PRO, cuyo electorado sufrirá una dispersión obligada, incluidos los sectores populares que lo votaron. Debemos esforzarnos por capitalizar una parte de esta dispersión popular. También podría darse alguna dispersión en el kirchnerismo, por ejemplo aquellos que dicen querer que el Frente de Izquierda participe de las elecciones de octubre. Del otro lado, Proyecto Sur quedará escindido entre las listas de Binner y de Argumedo, lo cual significa dos cosas: por una parte, que el ala CTA (Lozano) se pone bajo el paraguas derechista de los Binner y los Juez (y de Roy Cortina), por otra parte que el pinismo queda reducido a la nada, a merced de los grupos marginales de izquierda de la coalición. Solanas proponer ahora “libertad de voto”, o sea, habilita el voto a Macri (Lozano da un apoyo disimulado a Filmus). Deberíamos tratar de ganar a los electores que perciban estas limitaciones y contradicciones. El 14 no se presenta el bisiesto Zamora, aunque la mayor parte de sus electores podría inclinarse más bien hacia la derecha que hacia la izquierda. Es importante que el Frente de Izquierda duplique su votación para reunir las condiciones mínimas que le permitan superar el piso proscriptivo nacional y local del 1,5% de los votos.

Superarnos en la elección del 14 de agosto plantea explotar las contradicciones que deja este nuevo escenario político en la Ciudad. Es necesario debatir estas conclusiones y reconvocar a todos los sectores que se pronunciaron en apoyo al Frente; en la clase obrera, en las facultades, entre la intelectualidad y los artistas; pero principalmente, en la militancia de las fuerzas del Frente, para conquistar el piso del 1,5% en la Ciudad e impedir que los planteamientos obreros y socialistas sean ahogados por la proscripción política oficial.