Políticas

9/9/2022

El gobierno peronista se inclina ante la Corona británica

Otro acto de cipayismo del Frente de Todos, en la misma línea que la oposición derechista.

Fotomontaje: Prensa Obrera.

La muerte de la monarca del Reino Unido, Isabel II, obligó, como no podía ser de otra forma, a las distintas tendencias políticas del mundo a pronunciarse sobre lo ocurrido. Es así como el perecimiento del reinado más largo de la historia concentra hoy casi toda la atención. El gobierno argentino, a través de Cancillería, ha elaborado una pequeña y lamentable declaración, aunque con ella alcanza para ver con nitidez su política de entrega nacional.

El gobierno peronista, el cual se presenta ante la población como un defensor del “interés nacional” o de la “patria”, terminó brindando sus condolencias a la familia real de Inglaterra, un símbolo por excelencia del saqueo imperialista y de la opresión nacional, así como también de la violación de la independencia de las naciones y del derecho a su autodeterminación. Su posición delata un apoyo al imperialismo británico y el alineamiento de la política exterior argentina con esos intereses.

La reina Isabel ha sido responsable de crímenes de guerra contra el pueblo argentino, fue el verdugo de cientos de nuestros jóvenes. La usurpación de las Islas Malvinas por parte de Inglaterra ha equivalido a una política colonizadora y de expropiación política y económica de Argentina. Por esto es que la declaración del gobierno de los Fernández y Massa es patética y lo coloca en un campo profundamente antipopular.

En esta línea, el Centro de Ex Combatientes de Islas Malvinas emitió un comunicado en el que criticó “el tratamiento edulcorado” de la figura de la fenecida reina. En aquel, se señala que Isabel “encarnó el sufrimiento de los pueblos sojuzgados bajo el dominio colonial y económico durante todo su reinado” y que ese tratamiento “contrasta con los rostros de las madres de los soldados muertos bajo el fuego enemigo durante la Guerra de Malvinas en 1982” (Infocielo, 8/9).

Isabel fue una manifestación más del dominio y la expoliación de la mayoría de los países del mundo (y de los más pobres) por parte de un puñado de países y de sus burguesías. Las naciones imperialistas son expresiones de la etapa histórica actual, en la que el capital financiero y los monopolios tienen, en el mundo, una primacía político-económica, y en la que existe todo el tiempo una tendencia a la dominación y no a la libertad de los pueblos.

El peronismo es tributario de esta organización de la vida económica a nivel internacional y su posición no es más que una manifestación de su política de someter a la Argentina a los dictados del FMI, de sus potencias constituyentes y de todas las expresiones del capital internacional.

Por otro lado, la oposición derechista argentina aprovechó la ocasión para demostrar todo su potencial cipayo y entreguista. Carrió llegó al absurdo de calificar a Isabel como la “extraordinaria encarnación de una parte de la historia”. No hay nada menos “republicano” que apoyar a la realeza británica, una institución reaccionaria, oscurantista y retrógrada. Milei, por su parte, no ha dicho nada, probablemente para no embarrar más su campo de acción electoral, aunque es conocido su desenfrenado culto a Margaret Thatcher.

Los trabajadores argentinos y del mundo tenemos que unirnos y pelear contra el imperialismo y los gobiernos cipayos y ajustadores que lo apoyan.