EL HOYO, CHUBUT | Los vecinos pararon a Das Neves

Mientras el gobernador de Chubut, Mario Das Neves, se prepara para su postulación presidencial, en la provincia prepara el terreno para sus amigos funcionarios y para las empresas nacionales y multinacionales que ven en esta zona una fuente de riqueza turística y minera.

La familia Larenas llegó a la zona de El Hoyo en 1941. En la década del ‘70 el gobierno le entrega a la empresa Manosa la concesión de 40.000 hectáreas para la explotación maderera. Luego de que Manosa presenta la quiebra, Korn, abogado de la empresa, solicita la continuidad de la concesión y arrasa todo el bosque nativo sin permiso de sus dueños originales.

Con la complicidad del director de tierras (en ese momento Chito Cárdenas, que luego fuera intendente y hoy diputado provincial) Korn se hace de un título por medio de una ordenanza que, según la fiscalía anticorrupción, es ilegal. Pero en el escandaloso juicio que se llevó a cabo en El Hoyo esto no se tuvo en cuenta y se dictaminó que Inés Larenas debía dejar ese predio que, según la jueza, era de Korn.

Desde el momento en que se supo que el desalojo sería inminente, se instaló un campamento de vecinos y organizaciones en la casa de la familia Larenas. Entre las organizaciones se encontraba la APDH, que sólo actuó como asesora y pidió dinero para movilizarse y hacer trámites.

La familia mostró al principio una gran confianza en la APDH, en la hermana de Inés, concejal por el FPV, y en un concejal por el Provech.

El planteo de la APDH era que se le garantice una vivienda digna a Inés ¡cuando sea desalojada! Se oponían a que se contratara a un abogado aun cuando el abogado de oficio actuó desastrosamente.

Más tarde se descubriría que uno de los representantes de la APDH está vinculado con la Iglesia luterana y, aparentemente, pretendería construir un templo en ese lugar. También tendría vínculos con un aserradero cercano que tiene a trabajadores chilenos en un campamento y quiere construir un barrio para ellos.

Las primeras asambleas eran de unas 15 personas, lo que llevaba a pensar que el desalojo sería inevitable. Pero el día en que corrió la noticia de que el desalojo se produciría en es mismo momento, se juntaron entre 70 y 80 personas y desde entonces no bajó de ese número, lo que cambiaba considerablemente la situación. Más tarde nos enteraríamos de que el desalojo sí estaba pensado para ese día, pero la policía lo suspendió por la cantidad de gente en “actitud de resistencia”.

Cuando el conflicto empezó a tomar un carácter más público, incluso nacionalmente, y se reconocía que representábamos una importante molestia para el poder político que ampara a los usurpadores, surgió la posibilidad de un arreglo. Aunque los términos del acuerdo nunca llegaron a explicitarse, consistiría en que “le den” a Inés cinco hectáreas de las 300 que le corresponden. Ese arreglo lo habrían “logrado” los dos concejales antes mencionados, en una reunión con el hijo de Das Neves.

Con la noticia de que se llegaría a un arreglo miserable se pasó a un estado de decepción por parte de muchos activistas, que entendían esto como una derrota. Sin embargo, también muchos compartían que esta lucha no era por Inés sino en contra de todos los desalojos, y no fue difícil transmitir esto. En asamblea se resolvió seguir organizados en contra del saqueo.

Finalmente, el 23 de diciembre se conoce la noticia de que el Superior Tribunal de Justicia priorizó el caso, sacó a la jueza y suspendió el desalojo. Sin duda, los funcionarios cómplices de Korn sabían que esto sucedería y por eso estaban interesados en cerrar el trato lo antes posible, lo que no pudieron hacer. Si bien no podemos confiar en el STdJ ya que es un ente del gobierno, sin duda actuó por la presión que se ejerció. La tarea ahora es presionar para que tome una decisión favorable a la familia Larenas y a todos los pobladores amenazados por el desalojo. Este hecho fue tomado como una gran victoria por todos y festejado con una caravana que recorrió el pueblo de El Hoyo, realizó un escrache en la casa de Chito Cárdenas y finalizó en la casa de un vecino próximo a ser desalojado por las mismas razones.

La ultima asamblea, posterior a todo esto, se dio en un ámbito de completa organización. Allí fueron interpelados y cuestionados la hermana de Inés y otro concejal por 80 vecinos, en una asamblea que duró cerca de tres horas por la larga lista de oradores. Se resolvió llamar a una próxima reunión para interpelar a la APDH, que no estaba presente. Fue aceptada la propuesta de continuar con una coordinadora en defensa de la tierra.

Este es sólo un eslabón del conflicto de tierras, muchos otros lo precedieron y detrás de cada caso hay pobladores desaparecidos y muertos.

Das Neves se prepara para entregar la provincia a las compañías mineras, hidroeléctricas y petroleras en un gran negociado. Pero para esto necesita desalojar a comunidades y campesinos.

El caso Larenas es la prueba de que sólo con la organización y la resistencia podremos detener el saqueo.

  • Basta de desalojos.
  • Reconocimiento del derecho a la tierra de comunidades y campesinos.
  • No al negociado de tierras.

Nahuel Arias