Políticas

17/10/1996|515

¿El imperialismo bajó el pulgar?

 “La demanda sobre un combate a la corrupción empe­zó a adquirir la forma de una escalada (del exterior)”, informa Clarín en su edición del domin­go, y cita las advertencias que habría recibido Ruckauf en su viaje a Washington, las adverten­cia de Kohl de visita en Buenos Aires, y los recientes discursos ‘contra la corrupción’ de los presidentes del Banco Mundial y del FMI. Más o menos en los mismos términos, el resto de la prensa caracteriza que la ‘pre­sión externa’ reclama el ‘fin de la corrupción’.


Basta ver un hecho para com­probar la falsedad de estas afir­maciones. Ya ha pasado más de un año desde el estallido del es­cándalo del Banco Nación. Des­de entonces, la justicia argentina no ha logrado que la justicia norte­americana obligara a declarar a los ejecutivos de la IBM norte­americana ni que, tampoco, diera a conocer los titulares y los movi­mientos de las cuentas numeradas de los bancos neoyorquinos a los que fueron a parar los millones pagados en coimas y ‘retornos’. En otras palabras, la justicia de la ‘ética’ Norteamérica actúa como cómplice de los corruptos sud­americanos.


Este ‘comportamiento’ no debería extrañar a nadie: el objeto de la mentada campaña ‘ética’ del imperialismo no es maniatar al gran capital norteamericano sino, simplemente, desplazar a sus competidores de los mercados la­tinoamericanos.