Políticas

13/12/2012|1252

El jueves negro en Buenos Aires

El jueves 6 se produjeron dos desastres que afectaron a gran parte de los habitantes de la Ciudad. Por la mañana, un derrame de un contenedor con plaguicida afectó a trabajadores portuarios y barrios cercanos al Dique 4. Por la tarde, se inundaron varias zonas en las áreas de influencia de los arroyos entubados subterráneos.


La intoxicación por plaguicidas se produjo a las siete de la mañana. Recién a las once horas se evacuó al personal de las reparticiones públicas de Retiro y barrios circundantes. Trabajadores portuarios indican que el dique tiene un 20% más de contenedores con sustancias peligrosas que lo permitido por su capacidad de diseño.


No se respetaron los procedimientos de control de derrames. Recién a media mañana se hizo presente el comandante Berni, sólo para minimizar la peligrosidad de las sustancias dispersadas. En cambio, los organismos ambientales de la Ciudad y de la Nación estuvieron ausentes. La información fue contradictoria y confusa, como para salvar la responsabilidad de la empresa concesionaria y del Estado.


Por la tarde, padecimos las inundaciones propias de una ciudad excesivamente construida sobre arroyos de escasa pendiente, cuyos entubamientos han quedado chicos respecto del caudal de escurrimiento actual. El capital inmobiliario avanzó sobre el suelo sin conservar espacios para la infiltración, ni para las necesarias obras de tratamiento de residuos.


El Plan Hidráulico de la Ciudad consiste en obras en diversas subcuencas. Pero está interrumpido, ya que Macri condiciona sus avances a operaciones de endeudamiento. De todos modos, el diseño de ese plan ha sido cuestionado por la Defensoría del Pueblo porteña, por sus dudosos resultados como salida a las inundaciones.


El barrio de Belgrano, edificado sobre la cuenca del arroyo Vega, se inunda copiosamente. Las obras a realizar, que difícilmente funcionen en caso de sudestada, se financiarán con un crédito internacional de 250 millones de dólares. Ese préstamo ha sido recientemente avalado por el gobierno nacional a cambio de rezonificaciones en áreas ferroviarias y portuarias nacionales. O sea, una transacción que incluye nuevos negocios inmobiliarios. Pero ¿se solucionarán los problemas? Los túneles aliviadores del arroyo Maldonado -una obra ya terminada- no impidieron la inundación en la calle Godoy Cruz ni en algunas zonas de Villa Crespo y Paternal, que además quedaron sin energía eléctrica. La obra "canales aliviadores de la cuenca Ochoa" está parada desde 2008, en parte debido a interferencias con cañerías de servicios de aguas, gas y demás. El carácter anárquico de la urbanización capitalista salta a cada paso. Esto se asocia a la inundación en los alrededores de la avenida Centenera.


Es necesario impedir nuevas privatizaciones del suelo, para definir su destino como área de infiltración (espacio verde y recreativo) o lugar para las obras de infraestructura y servicios (puertos, tratamiento de residuos y cloacales) Para ello, el suelo debe colocarse bajo el control y planificación de los trabajadores y vecinos de la Ciudad.