Políticas

5/1/2006|930

El manotazo oficial al Consejo de la Magistratura


El gobierno de Kirchner, que modificó radicalmente la composición de la Corte Suprema de Justicia y quiso presentar ese acto como si se tratara de un homenaje a la independencia del Poder Judicial, ahora logró aprobar en Senadores otro proyecto, la “ley Cristina”, para encepar el funcionamiento de los tribunales y de la propia Corte: la del Consejo de la Magistratura, el organismo encargado de supervisar el funcionamiento de la Justicia y sobre todo de designar y juzgar a los jueces, incluidos los de la Corte Suprema. Cristina Kirchner se ha encargado personalmente del asunto.


 


En principio, se debe recordar que es mentira la proclamada independencia de la nueva Corte. Esa Corte renovada votó manifiestamente contra derecho en el caso de los ahorristas estafados, dictó fallos contra los jubilados y otras lindezas por el estilo. Esto es: ha pisoteado incluso principios de la legalidad burguesa, todo con el propósito de defender los intereses del poder político, de la usura internacional, de los grandes patrones. Esta Corte, con sus excelentes juristas y su “atea militante”, ¿podría revisar la estafa monstruosa de la deuda externa o bloquear el robo al Banco Central para pagar al FMI?


 


Pero Kirchner, además de defender los intereses de su clase, defiende los suyos propios, con la circunstancia agravante de que la descomposición de su partido acentúa extraordinariamente las luchas de camarillas que disputan entre sí espacios de poder. Por eso han decidido manipular al Poder Judicial mediante el control del Consejo de la Magistratura. La camarilla presidencial ha decido dominar al Consejo y, por esa vía, a la propia Corte y al conjunto de los jueces.


 


La maniobra es simple: el Poder Ejecutivo se propone reducir el número de miembros del Consejo de la Magistratura en su propio favor, de modo de asegurarse allí su propia “mayoría automática”, como Menem hizo en el pasado directamente con la Corte. Es uno de los caminos que ha encontrado Kirchner para fortalecer el aparato político que procura construir; y, por supuesto, los “transversales” han ido en su ayuda para reforzar la dictadura del Poder Ejecutivo.