Políticas

27/12/2015|1395

El movimiento obrero en los primeros días de Macri


Foto: Ignacio Smith


 


La debacle kirchnerista, la asunción de Macri y el inicio de su ajuste han creado un nuevo escenario para el movimiento obrero.


 


Son varios los frentes de interés. La primera gran prueba es Cresta Roja. Allí se ha producido un tortuoso, pero rico proceso de radicalización. Empezó con la lucha contra el plan de racionalización de Rasic, que, con apoyo del gobierno de Scioli, CFK y el Sindicato de la Alimentación llegó a la firma de un acta de rebaja de un 30% de los salarios y las horas de trabajo. El cuerpo de delegados que lo firmó fue destituido por la base y ganó una lista de los activistas.


 


Sobre esa base, se arrancó más tarde el “subsidio electoral” al gobierno Scioli. Después, los trabajadores chocaron definitivamente con el sindicato y, rompiendo sus trabas, movilizaron a la Justicia y realizaron una audiencia pública en la que participaron 70 trabajadores junto a sus delegados, con los diputados del Partido Obrero. Luego, en asamblea, recogieron la propuesta de una marcha a Plaza de Mayo con el clasismo y la izquierda, la cual se concretó el 21 de diciembre, mientras el piquete de Ezeiza lograba poner al conflicto en el centro de la situación política.


 


El lento progreso político del colectivo obrero, no exento de contradicciones internas y debates, terminó desnudando la bicicleta de Triaca y Vidal. La represión brutal de la gendarmería de Bullrich dio por tierra con el verso de la “Argentina del diálogo” de Macri: el cóctel para hacer pasar la declaración de quiebra fue la represión y los Repro, muy parecido a las recetas de Tomada y Berni. La burocracia de Morán durante el conflicto denostó a los luchadores en todas las demás plantas. Tampoco planteó el tema en el plenario de la CGT. Se destacó, desde el clasismo, la Interna de Unilever, movilizada y solidaria con el conflicto y reclamando plenario de delegados con mandato para apoyar a los compañeros de Cresta Roja.


Otra expresión de estos desplazamientos por abajo la dieron los metalúrgicos de Siderca que, autoconvocados, hicieron retroceder 189 despidos, al menos por seis meses. Con menos prensa, varias comisiones internas metalúrgicas de Córdoba frenaron despidos, también contra la directiva de Urbano. Por estas horas, 600 tercerizados de Río Turbio ocupan la usina por falta de pago.


 


Otro gran hecho político de estos días fue la asamblea general del Sutna. Wasiejko la perdió 3 a uno con la Lista Negra del clasismo del Sutna San Fernando, que movilizó masivamente a Fate, conquistó apoyo en Pirelli y contó con la ausencia total de Firestone, que le sacó el cuerpo a la dirección yaskista. Wasiejko se robó la asamblea con ataque de patotas, produciendo diez heridos. No sólo quedó de manifiesto su impotencia, sino también que el ministerio de Triaca es una continuidad de Tomada en el apoyo de cualquier burocracia contra el clasismo. Dos conclusiones aparecen. Macri y Triaca apoyan a la burocracia kirchnerista contra el clasismo, y el “kirchnerismo en la resistencia” tiene por enemigo número uno al clasismo.


 


El 22 se produjo la gran marcha a Plaza de Mayo del clasismo y la izquierda por el bono de fin de año y, a horas de la represión, en solidaridad con Cresta Roja. Más allá de las nada despreciables 8 ó 10 mil personas movilizadas, se congregó allí el sindicalismo clasista y combativo incluyendo a los aceiteros, en particular el Sindicato Capital, los ferroviarios de Oeste, ATE Sur, el sindicalismo clasista de la Coordinadora Sindical Clasista del Partido Obrero y otros sectores de izquierda y, desde luego los Suteba multicolores, a excepción del PCR. Los gráficos de Morvillo pararon la fábrica para concurrir. Gran confluencia.


 


La nota uno de esa jornada fue el arrugue de las agrupaciones sociales kirchneristas a las cuales se les acabó la “resistencia” cuando Macri les “arregló” el pago de obras atrasadas de las cooperativas. Enorme aprendizaje entre el activismo, y para las izquierdas que deliran con el frente antimacrista como el PTS y el MAS (lo planteó en su discurso en la plaza). La nota dos fue la defección de los convocantes iniciales, la CTA Autónoma de Micheli. ATE le dio la espalda y moviliza el 29, pero separado del clasismo y la izquierda. En ATE y la CTA Micheli, el kirchnerismo avanza.


 


Las dos CTA, como el núcleo kirchnerista de la UOM-gráficos-taxistas y al igual que la mesa por la hasta ahora fallida unidad de la CGT, buscan un lugar bajo el sol del “acuerdo económico y social” que Macri convoca en enero.


 


Los bonos de fin de año se han extendido a numerosas fábricas y gremios, bancarios y camioneros entre ellos, en lo que es una conquista por un lado, y una echada de lastre patronal, por otro. Pero el gobierno de Macri no aflojó un peso a los estatales y la caldera por ese lado cobra presión.


 


Todo esto no es poco para los primeros 14 días de gobierno. La lucha contra la burocracia sindical aparece ligada a la lucha contra el ajuste. La Coordinadora Sindical Clasista del PO se empeñará en una gran agitación política nacional con una orientación que ATE Mendoza ha tomado como propia: convocan en febrero a un plenario con mandatos y un encuentro obrero para discutir -precedidos de asambleas en todos los lugares de trabajo y seccionales- un programa ante al ajustazo en marcha.


 


El método vale como perspectiva y como guía de acción en todo el movimiento obrero. Deliberar, mandatar y resolver un programa para enfrentar el ajuste. Nuestra propuesta es: adelantamiento de paritarias absolutamente libres, ningún pacto social, actualización mensual de salarios y jubilaciones ante la descarga de las medidas de ajuste a los precios. Jubilación mínima de 8.500 pesos y salario equivalente a la canasta familiar. Prohibición de despidos y reparto de horas de trabajo disponibles contra todo despido. Ocupar toda fábrica que cierre. Abolición de ganancias en los salarios. Derogación de todas las leyes y disposiciones represivas contra el movimiento obrero y desprocesamiento de los luchadores. Absolución de los compañeros condenados en Tierra del Fuego.


 


El plenario del 5 de marzo que discute el clasismo, cobra posibilidades.