Políticas

1/4/1993|386

¿El MST en el Frente del Sur?

Un volante repartido por el Frente por la Democracia Avanzada en días recientes, que lleva por título “internas abiertas para un frente grande”, consigue llamar la atención al informar que “propusimos al conjunto de las fuerzas progresistas… el método de las internas abiertas”, incluyendo entre las tales al Mst, además de, como es obvio, “el Frente del Sur, el Fredejuso (y) la Unidad Socialista”. Pero para que el FDA, extremadamente quisquilloso con cualquier cosa que huela a izquierda, no digamos a cuartainternacionalismo, haga una propuesta al Mst, es necesario que primero haya ocurrido lo inverso, es decir que el Mst haya tendido los puentes para ingresar al Frente del Sur o a sus “internas abiertas”. Confirma lo dicho que el Mst no haya rechazado la oferta de los contrarrevolucionarios liderados por el vicerrector en la UBA, Atilio Borón.


Las gestiones del Mst hacia el Frente del Sur permiten destacar el aspecto fundamental de la disolución de Izquierda Unida, un fenómeno menos caótico de lo que pudo parecer, ya que detrás del caos real actuaba la poderosa tendencia (que está en el Frente del Sur) a formar un frente de características más derechistas con gente que ha emigrado del menemismo sin dejar de ser menemista o al menos colaboracionista con la llamada burguesía nacional. Pino Solanas, Chacho Alvarez, el PTP marcharon junto al gobierno de Menem durante bastante tiempo; algunos votaron sus leyes de emergencia y de copamiento de la Corte; otros lo aplaudieron con Bunge y Born en el ministerio; y todos ellos han colaborado activamente en derrotar las huelgas y movilizaciones educativas, incluso en apoyo del clero, y la movilización contra la “jubilación privada”.


Sabemos que la ambición suprema de los dirigentes del Mst es poder reelegir a Zamora como diputado, pero ingresar al Frente del Sur a cambio de esta posibilidad significa transformarse en rehén de una política capitalista y, de última, en agente de la burguesía. El Mst, como antes el Mas y Moreno, sigue creyendo (o finge creer) que el electoralismo y la falta de principios es gratuita —por ejemplo, que se pueden hacer frentes antirrevolucionarios sin transformarse en antirrevolucionarios, o frentes pro-capitalistas y francamente capitalistas sin convertirse en agentes del capitalismo. Es evidente que Nahuel Moreno no preparó a sus discípulos para darse una política principista de crecimiento, o dicho de otro modo, para ganarse a la vanguardia obrera para la revolución, en lugar de ser ganados, ellos mismos, por la pequeña burguesía y los elementos políticos indiferenciados, para el campo centrista o directamente anti-rrevolucionario


La única política de Frente que puede ser independiente de la burguesía y del conjunto de sus representantes políticos es el Frente de Izquierda.