Políticas

19/6/2013|1273

El MST hace un frente con un partido de Estado y represor

El MST ha dado un salto de calidad (negativo) en sus alianzas políticas. Acaba de consumar en la Capital un frente con el partido de gobierno de Tierra del Fuego, que encabeza Fabiana Ríos. En mayo pasado, el gobierno fueguino reprimió una manifestación del gremio docente (Sutef) cuando reclamaba por aumento de salarios. El aliado del MST, por lo tanto, está colocado en el campo de la represión del Estado contra los trabajadores. Los docentes respondieron con la ocupación de la Casa de Gobierno, frente a lo cual el gobierno denunció penalmente a los dirigentes del gremio "por atentado a la autoridad" (Diario del Fin del Mundo, 27/5) y comenzó una caza de brujas solicitando videos para incriminar a los maestros por "daños a uniformados". Además, Fabiana Ríos reclamó "la intervención del gobierno nacional" (o sea, la Gendarmería), ya que "por más que hablemos, no va a aparecer más dinero" (diario Registrado, 27/5). En el marco de estos aprietes, el 31 de mayo, el gobierno fueguino anunciaba un acuerdo con los docentes y "el descuento de los días de paro en el término de este año" (ídem).


El acuerdo con un partido de Estado es la culminación de un largo derrotero de descomposición política. El MST se fue de Proyecto Sur por un frente -con Carrió- al que no parece haber repudiado de entrada. Cuando comenzaron las tratativas de Pino con Carrió, Bodart acordaba "dialogar con Carrió así como dialogamos con el FAP" (Página/12, 27/2). Probablemente no obtuvieron lo que querían en materia de candidaturas. Aunque no cerraron con Lozano en la Capital, sí constituyeron en provincia un frente con la Unión Popular y Marta Maffei, expresión histórica de la burocracia sindical docente. Sin estos aliados, en Capital terminaron armando este frente "chico" con un partido de Estado. Le han añadido la palabra "izquierda" a este engendro, con el único objetivo de promover una usurpación en perjuicio del FIT. A eso ha quedado reducido al MST, a un factor de confusión -y daño eventual- a la izquierda revolucionaria.