Políticas

12/11/2009|1108

El MST y su política en el conflicto de la salud


En su
periódico Alternativa 510, con la firma de Lita Alberstein, se publica un
artículo dirigido a atacar la política del PO, acusándola de divisionista.

“El Partido Obrero, rechaza que acompañen otros
sectores, los auto-convocados del campo, legisladores, cuestionan a la Fesprosa, tiene como
centro la toma de hospitales y plantea que hay un sector conciliador, que fue a
pasear a Buenos Aires y llama a formar un bloque combativo, contra el supuesto
bloque dialoguista, pro Iglesia.”

Aquí están concentradas dos
estrategias y varios macaneos. El PO ha planteado la necesidad de extender y
coordinar la lucha de la salud con los trabajadores y demás sectores en lucha y
ha denunciado como un callejón sin salida esforzarse en sumar como aliado al
denominado “campo” porque no puede ser aliada de una lucha contra la miseria
salarial y el negrerismo, la patronal más explotadora y negrera del país. El PO
ha denunciado todo intento de colocar la lucha como furgón de cola de la
política patronal o de la Iglesia. Enviar delegaciones para visitar a políticos
patronales y curas (Alberstein oculta que una aliada suya, en uno de los viajes
fue a visitar a Bergoglio) no tiene nada que ver con una estrategia de
profundizar la lucha, y sólo sirve para la demagogia de esos políticos (y
curas) que representan a partidos como la UCR, el PS o el macrismo, que donde son gobierno
llevan adelante la misma política contra los trabajadores que Alperovich. Para
el MST, políticos patronales que
representan un cero para la lucha son aliados para el PO, son simples demagogos
que vienen a explotar un conflicto sin comprometerse a nada concreto, como ocurrió
con el caso de Stolbizer, que había viajado a Tucumán a formar su grupo
provincial, y nos opusimos a que fuera una de las oradoras de unos de los actos
(cosa que el sector combativo de delegados impidió) y denunciamos  que por medio de una maniobra se la colocara a
la cabeza encabezando la marcha posterior.

El PO nunca criticó los
paros del Fesprosa, sino el intento de un sector de montarse en esos paros para
formular su planteo de “terminar con la lucha” y “ponerse a formar el Fesprosa
en Tucumán”.

Para Alberstein la lucha
se desenvuelve hacia fuera de los hospitales, por lo cual las ocupaciones serían
distraccionistas y generarían división. Es
puro esquema de alguien que no oculta su hostilidad a uno de los métodos
claves de la actual lucha. Por eso, no dice una sola palabra sobre la ocupación
del Hospital Avellaneda, en la cual se echó al director. Es más el último
plenario interhospitalario votó la virtual ocupación de todos los hospitales,
lo que va a acentuar todas las tensiones en los hospitales y desde ya con las
dirección de los mismos. El control de
los hospitales, desconocer y obligar a renunciar a los directores significaría
el derrumbe de la política oficial, por eso el gobierno salió a sostener a
todos los cuerpos directivos ante el anuncio de renuncia del director del
Centro de Salud.

La lucha se ha desenvuelto desarrollando dos
tendencias que se han ido retroalimentando, la de la huelga general (con
piquetes y ocupaciones) y la pueblada (con movilizaciones sumando de manera
creciente a sectores de trabajadores y numerosos sectores populares). Para el
MST “la clave para profundizar la lucha,
es seguir los pasos que ha desarrollado el conflicto como un movimiento social”
es nuevamente puro esquema pero que sirve, entre otras cosas para encubrir el
rol traidor de la burocracia de la
CGT y la CTA
que por todos los medios ha evitado convocar a una huelga provincial.