Políticas

3/4/1997|533

El MTA eligió sus candidatos

El Congreso del Mta, reunido el 19 y 20 de marzo, resolvió “no convalidar con sus votos a ningún candidato que apoye el actual modelo socioeconómico y cultural”. Sin embargo, al Congreso fueron invitados “Chacho” Alvarez, “Freddy” Storani y también Antonio Cafiero, un signo de que el Mta no considera a la Ucr, al Frepaso y hasta el mismo Eduardo Duhalde como parte del modelo y que deja abierta la posibilidad de votar a cualquiera de ellos.


El Congreso votó, por otra parte, el absoluto alineamiento del Mta con la política de la burocracia “oficialista” de la CGT. Apelan, para esto, a una ficción: “la sociedad pudo observar como la central obrera abandonaba un camino de subordinación al gobierno, de claudicaciones en la defensa de los intereses de la clase trabajadora asumiendo una posición de confrontación”, viraje que se habría operado a partir del ingreso del MTA en la conducción de la CGT (“Los cien días en la CGT” documento del congreso). Esto revela que cuando Rodolfo Daer le propuso al gobierno y a la Unión Industrial un acuerdo para “suprimir o reducir las indemnizaciones” y para poner fin a la prórroga indefinida de los convenios colectivos, en caso de no haber acuerdo (“ultraactividad”), actuó en función de una política común dictada por la burocracia oficialista y el Mta.


Por eso el texto del Mta deja de lado todo planteo crítico respecto a la conducción de la Cgt e incluso destaca “un saludable giro en la conducta y posicionamiento de (los) otros gremios” (ídem).


El Congreso aprobó, además, un texto sobre “la salud de las obras sociales” que plantea en forma encubierta el sometimiento a la”desregulación” privatista. La propuesta es “profundizar la batalla jurídica contra todos los decretos y resoluciones que afecten al patrimonio inalienable de los trabajadores en defensa de la legislación que aún nos protege”, lo que limita la “batalla” a la “justicia”. El Mta no llama a un frente unido de movilización para liquidar el plan del Banco Mundial para las Obras Sociales y el Pmo (Plan Médico Obligatorio) que elimina la prestación solidaria, fijando el arancelamiento para todo lo que supere una prestación básica. El corazón de este planteo está en el llamado a “avanzar en la construcción de una Federación de Obras Sociales del Mta”, para ingresar en la “libre competencia” entre Obras Sociales que propone el conjunto de la burocracia.


El resultado de dos días de “deliberaciones” ha sido colocarse como furgón de cola de la oposición patronal, confesar su identidad de políticas con la burocracia “oficialista” e internarse en la “privatización” de las obras sociales. Para quienes se proclamaron como abanderados de la “recuperación” de la CGT por los trabajadores, una virtual acta de disolución.


Moyano, Palacios y el “frente de trabajadores”


Para todo un sector de la izquierda, el Mta y Hugo Moyano en particular encarnaban un movimiento de lucha y debían ponerse al frente de una coalición de fuerzas sindicales combativas y antiburocráticas y ser incluso los protagonistas de un frente político electoral independiente de los partidos patronales (en palabras del Mst: “imagínese compañero..la fuerza que tendría un Frente de Trabajadores integrado por el MTA, Santillán y dirigentes y activistas sindicales de todo el país” -Semanario Socialista, 12/3, ni hablar del Ptp).


El Mta no se propuso jamás un proceso de organización independiente de la clase obrera. Su Congreso ha puesto al desnudo, como nunca, esta realidad. Un frente de izquierda y los trabajadores debe construirse como una alternativa política diferenciada de esta ‘falsa’ oposición.