Políticas

6/7/2006|953

El MTL, de piquetera a subcontratista


La tapa de La Nación (27/4) no se perdió la foto y la noticia. El MTL del PC será el conchabador de 400 operarios para una obra del Gobierno de la Ciudad que adjudicó a la empresa privada de construcción Green SA.


 


¿Hubo un piquete? ¿Hay una bolsa de trabajo? ¿Se trata de una cooperativa de vivienda? ¿El MTL designará los adjudicatarios de la viviendas que se construyen? Nada de eso.


 


“Green y el MTL habían, de hecho, competido en la licitación convocada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para la construcción de las viviendas. Cuando se impuso la firma privada, sus dueños decidieron subcontratar a los piqueteros” (La Nación). Se trata de “un servicio rentado que ofrecerá el MTL a una empresa privada, como un emprendimiento laboral independiente” (ídem). Un subcontrato.


 


Antecedente


 


Según el propio diario, el antecedente fue el “Megaproyecto” de Parque Patricios en el cual el MTL está construyendo 330 viviendas bajo el sistema de la circular 341 del Gobierno de la Ciudad. En el “Mega”, parte de los trabajadores serán los beneficiarios de las casas que se construyen, monitoreadas y administradas por cooperativas de los propios afectados. Pero sobre 90 terrenos escriturados el gobierno sólo dio el dinero para empezar la obra a 15 cooperativas. El “Mega” del PC fue un privilegiado. Contó con el apoyo del Credicoop, que contrató a uno de los más grandes estudios de arquitectura de Buenos Aires, algo imposible para cualquier cooperativa de “okupas” o sin techo de cualquier carácter. La moneda de cambio fue el apoyo político del PC al ibarrismo, en las personas de Ernesto Selzer y de Luis Ostraj, los dos últimos jefes del IVC, “funcionarios honestos con los que se puede trabajar en función de una economía popular” (Carlos Chile, del MTL, en una mesa redonda en el Club Progresista, 27/4).


 


El MTL se fue del movimiento de las casas ocupadas, donde tenían tradición, y no participa más de los plenarios y luchas de la vivienda de la Capital. Contemporáneamente al comienzo del Mega, el MTL rompió el Bloque Piquetero Nacional y se apartó de todo plan de lucha de la Unidad Piquetera.


 


¿Salida a la desocupación o fraude laboral?


 


Llama la atención que el MTL perdiera con Green SA. O sea que la empresa hizo un presupuesto más barato. Esto desmentiría la promoción de las cooperativas, por parte de Carlos Chile, alegando que son “más baratas” que la gran empresa capitalista.


 


El segundo aspecto es que, una vez perdida la licitación de la obra, el MTL entró, previa gestión de los “funcionarios honestos”, como cooperativa de trabajo, no de vivienda, en la ejecución de la obra. La empresa Green SA aceptó al MTL “por razones económicas, no de solidaridad”, según declaró su vicepresidente, Carlos Amprino (Página/12, 29/5). El ejecutivo aclara que “Green SA contrató a la cooperativa por 13 millones para la ejecución”.


 


Pasando en limpio. El MTL ha constituido una de las formas clásicas del “fraude laboral” que describe la Ley de Contrato de Trabajo: disimular la relación de dependencia bajo la forma ilegal de la “cooperativa de trabajo”. Así funcionan las empresas del puerto de Mar del Plata, recientemente catalogadas por una investigación de Canal 13 como “trabajo esclavo”. El Soip, en los dos años de presencia de nuestros compañeros en la directiva, logró 27 actas del Ministerio certificando “fraude laboral” en el caso de las cooperativas de trabajo del puerto.


 


Hoy, múltiples formas de microemprendimientos, cooperativas, sociedades de monotributistas, proyectos “Manos a la obra”, cooperativas “Techo y agua más trabajo” y grupos que cobran “honorarios”, forman parte de la tercerización capitalista, para abaratar los costos laborales.


 


La cooperativa de trabajo del MTL en Green SA es eso. Y aún menos. Cobrará el monto fijo estipulado, los 13 millones, para ejecutar una obra de 10 torres de nueve pisos que costará decenas de millones de dólares. Los compañeros no podrán reclamar aumentos ni hacer paros, como podrían hacerlo en cualquier obra de construcción. Están a merced del aumento de costo de vida. Son responsables de su propia seguridad, porque aunque haya cláusulas, están impedidos de ejercer un control obrero y organizar la lucha.


 


Por sobre todas las cosas, el MTL ha dejado de ser una organización obrera que lucha por las reivindicaciones, como parte de una lucha de clases contra el capital; es… un subcontratista. Su integración al Estado y al capital es, si se quiere, mayor que las de las organizaciones directamente cooptadas por Kirchner.


 


Tal vez por eso Telerman los definió como “un ejemplo de organización y de recuperación de la dignidad”. Se trata de un noviazgo con perspectivas de boda: “Hoy se definen como ‘opositores moderados’, consignó el propio Carlos Chile, también miembro de la CTA” (La Nación, 27/4).


 


El Polo Obrero, los sin techo capitalinos y las bicicleteadas cooperativas de vivienda, preparan una gran marcha de la tierra, la vivienda y contra los desalojos que arrecian en la Ciudad de Buenos Aires. Ese es nuestro camino.