Políticas

27/3/2020

El municipio de Zárate cierra los accesos pero no garantiza la salud de la población

El miércoles 25, el jefe comunal del municipio bonaerense de Zárate comenzó a bloquear varias de las entradas, estableciendo controles en los ingresos y salidas de personas, mientras además se incrementó notablemente la presencia de las distintas fuerzas represivas en los barrios.


En Zárate, los trabajadores del Hospital Provincial Virgen del Carmen, agrupados en la Cicop, vienen denunciando año tras año que no se cubren los cupos vacantes de profesionales, además de la falta de insumos y falencias edilicias. De acuerdo a lo relevado por los portales de noticias de la localidad, esta cuenta actualmente con 24 respiradores (10 de los cuales pertenecen a clínicas privadas) lo que da una proporción de un equipo cada más de 5.000 habitantes, cinco veces menos que lo recomendado por la OMS.


El intendente Osvaldo Caffaro dispuso como puntos de aislamiento el Hogar de Ancianos y la Base Naval de Zárate. Para ello anunció por enésima vez la refacción de techos y varios ambientes del Hogar, dado que sus instalaciones ofrecen pésimas condiciones de salubridad porque las obras nunca se realizaron. Todavía no fue especificado a dónde reubicarán a los residentes del Hogar.


La Municipalidad se escuda en la situación de emergencia para incrementar la cantidad de operativos represivos, pero no destina recursos a proveer a la población con elementos de higiene ni aumentó el reparto de alimentos.


Sin embargo, las medidas de aislamiento obligatorio no se aplican para la mayoría de las empresas de la zona, que considerándose amparadas como esenciales en el decreto presidencial continúan exponen a sus trabajadores a un alto riesgo de contagio. Es emblemático el ejemplo del puerto TZ, en el que continúan atracando buques internacionales para carga y descarga de mercaderías, a pesar del rechazo de los operarios. Lo mismo sucede con las plantas cerveceras, químicas y metalúrgicas, que tienen garantizados los avales para la circulación de sus trabajadores pero esto no les brindan ningún medio de transporte seguro.


Reclamamos la triplicación del presupuesto para salud, para destinarlo a la provisión de insumos, la contratación de profesionales y las obras de infraestructura necesarias; y la centralización de los recursos de las clínicas privadas y públicas, bajo control de los trabajadores. Planteamos la formación de comités de seguridad e higiene en los lugares de trabajo de los rubros esenciales, y licencias con goce de sueldo en todas las ramas cuya actividad no sea realmente necesaria. Exigimos además el retiro de las fuerzas represivas de los barrios.