En la comisión de jóvenes se destacan por su audacia y persistencia, la militancia de Nadia, quien perdió en Cromañón a su novio, a su primo, a su hermano y a una amiga, y la del Negro. Su apellido lo dice todo: Santillán. Como lo dijo en Plaza de Mayo, nunca va a dejar de luchar porque en su mesa, producto de la represión y la corruptela institucional, ya no están su hermano, muerto por un caso de “gatillo fácil” en la provincia de Buenos Aires; su primo, Darío Santillán, asesinado en el Puente Pueyrredón, y ahora su hermana, Jaquelin Santillán, asesinada en Cromañón.

En estos días vemos cómo cientos de pibes y pibas se encuentran profundamente afectados. Todos perdieron amigos, familiares, conocidos o hermanos de ruta, a los que veían en un boliche o en un recital. Y, como pasa en general con este régimen podrido, la lucha y la organización son la vía a través de la cual esa angustia y ese dolor encuentran un cauce que hace crecer, que liga a la gente con personas dignas de ser conocidas, con historias similares y con un objetivo común.

La actitud de Nadia y del Negro sirve de ejemplo para que todos los pibes tomen de una vez por todas el destino de ellos y de toda su generación en sus propias manos. ¡Adelante, Compañeros!