Políticas

28/9/2000|682

El nuevo aliado de De la Rúa

De la Rúa decidió blanquear sus reuniones nada transparentes con Menem.


El motivo que lo guió tampoco es ‘santo’: pactar la continuidad del ‘trabajo’ del Senado de las coimas. Es que este Senado es hoy más ‘vital’ que nunca: debe aprobar el presupuesto nacional para el año 2001, sin el cual no se podrían pagar los intereses, por 11.500 millones de dólares, a los banqueros internacionales, a las AFJP y a los tenedores ‘argentinos’ de la deuda externa.


Si el aliado de mi aliado es mi aliado, la movida de De la Rúa significa que también el Chacho ha re-conquistado a un compinche –el mismo al que apoyó entre 1989 y 1991, los años cruciales para el asentamiento del menemismo.


Después de todo, el Chacho también quiere que el Senado siga funcionando. Si el electorado fuera a votar hoy, seguramente les daría una gran paliza a unos y otros.


El pacto se produce luego de que las fugas en la policía demostraran que el régimen del soborno afecta a todo el Estado patronal. Después de las complicidades señaladas en el atentado a la Amia, este escándalo no es poca cosa.


Es a este régimen policial que los Ibarra, junto con los Ruckauf, insisten en otorgarle la tarea de “proteger” a la población.


La expectativa de estos pactos es simplemente ganar tiempo a la espera de una milagrosa reactivación económica. Pero si ésta no tuvo lugar en estos dos años, cuando los principales bancos centrales abrieron la canilla del crédito para evitar un crac económico internacional, difícilmente esa reactivación tenga lugar ahora que se cierran los grifos, entre otras razones debido a la espectacular suba de los combustibles.


Pero, incluso una reactivación no producirá mejoras ni en los salarios ni en la ocupación.


Como dijo el poeta, los une el espanto.


El espanto somos nosotros, los trabajadores.


Naturalmente, tenemos que transformar el espanto en algo más profundo: en una salida.


Por eso planteamos:


  • Plan de lucha y huelga general.
  • Congreso de delegados obreros ocupados y desocupados, con mandato de las bases.
  • Asamblea Constituyente que asuma el poder político y reorganice el país sobre nuevas bases políticas y sociales.