Políticas

1/11/2001|727

El Palacio Duhau… y el Bajo Flores

La sesión del pasado jueves 25 ha sido altamente instructiva respecto de los intereses sociales que gobiernan la Legislatura de la Ciudad.


El plan de la sesión incluía un largo temario. En él estaba presente un proyecto de ley -originado en la Comisión de Vivienda de la Legislatura- que preveía la transferencia de un predio de la zona de Bajo Flores del dominio de la Corporación del Sur al de la Comisión Municipal de la Vivienda, para ser destinado a vivienda social. El proyecto estaba acompañado por una declaración que recomienda destinar esos terrenos a los desalojados de los hoteles de paso, y a los compañeros de la “carpa del aguante”, expulsados hace un par de meses de otro predio similar en el mismo Bajo Flores.


Pero la sesión se consumió en otro punto, “prioritario”: el debate sobre el destino del Palacio Duhau, un viejo palacete de la zona de Recoleta, donde los frepasistas autorizaron recientemente la construcción de un hotel cinco estrellas con “shopping incluido”. Los vecinos de la zona, entre los que se encuentra el nuncio apostólico (embajador del Papa), impugnan este proyecto, por su “impacto ambiental negativo”.


El debate que enfrentó a los defensores del proyecto inmobiliario con los agentes del clero duró cinco horas. En las gradas, los vecinos del Bajo Flores esperaban por “su” proyecto. En el interín, los operadores de la Alianza “descubrieron” que “faltaba documentación” para aprobar la transferencia del predio de Bajo Flores. Una documentación que, aplicando la décima parte del empeño puesto en las comunicaciones celulares y los cabildeos invertidos horas antes en el Palacio Duhau, se podría haber recabado en cuestión de minutos. Pero en este caso, no había obispos ni especuladores inmobiliarios en danza. “Apenas” vecinos sin techo. Por eso, el tratamiento del proyecto se postergó por siete días. Sólo la presencia de los vecinos *y el reclamo expreso que formuló Alexis Latendorf, del Piquete Socialista* obligó a la mayoría de los bloques a comprometer su voto positivo para esta semana.


Pero la dilación puede tener “gato encerrado”. Es que el proyecto de ley sienta el “grave” precedente de destinar al menos uno de los vastos predios inocupados del Estado a favor de los sin techo. Por eso, la “promesa” de aprobación sólo podrá ser arrancada el jueves que viene con una enérgica movilización.