Políticas

21/12/2017

El papa Francisco despide con honores a un encubridor serial de pedófilos

El velatorio del obispo Bernard Law.

El gran jefe de los pedófilos de Boston, el ex arzobispo norteamericano Bernard Law y ex presidente de la arquidiócesis bostoniana, acaba de morir en Roma a los 86 años. Se lo vela con honores de cardenal en la basílica de San Pedro, en el Vaticano, con misa a cargo del decano del Colegio de Cardenales, Alvaro Sodano y la bendición o “alabanza final” estará a cargo del papa Francisco.


El ataúd estuvo en todo momento rodeado por obispos y cardenales vestidos con sus mitras blancas (esas clásicas ceremonias medievales), y parado detrás del féretro, para la foto, Francisco en persona. La ceremonia contó con la presencia de la embajadora norteamericana en el Vaticano, Callista Gingrich, y su esposo, el ex presidente de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos.


Como se recordará, el de Law se convirtió en un escándalo internacional a partir de una investigación del diario Boston Globe. Ese trabajo periodístico permitió develar que tanto Law como decenas de obispos encubrían y/o tomaban parte personalmente en el abuso sexual de niños. El caso fue reflejado en una película extraordinaria, “The Spotlight” (2015), dirigida por Tom McCarthy.


Law dimitió en 2002 como arzobispo de Boston acusado de encubrir uno de los mayores escándalos de pederastia de la Iglesia católica entre los años 1984 hasta 2002. La investigación del Boston Globe demostró de qué modo el arzobispado fue encubriendo uno a uno los casos de sacerdotes que abusaban de niños sin informar jamás a la policía y confió a los pedófilos el cuidado de otras parroquias para alejarlos del escándalo. El mismo modus operandi se utilizaba en tantos otros países. La turbulenta salida de Law marcó un punto de inflexión, a partir del cual salieron a la luz otros casos tremendos como el de Irlanda, donde se demostró el encubrimiento de cientos de casos. Las indemnizaciones a las víctimas de los abusadores alcanzan los 2.000 millones de dólares.


Sin embargo, Law nunca afrontó cargos penales. A partir de 2004, gozó de una suerte de retiro dorado en Roma, protegido por Juan Pablo II, que lo convirtió en arcipreste de la importantísima basílica de Santa Maria Maggiore, cargo que mantuvo hasta 2011. Mantuvo el rango de cardenal y su puesto en la Congregación para los Obispos, así que pudo participar en el Cónclave en el que se eligió al papa Benedicto XVI el 19 de abril de 2005 y ejercer como consejero en varias áreas importantes del Vaticano. Luego de la llegada de Francisco, Law continuó viviendo en el Vaticano todos estos años y ni siquiera aceptó declarar como le había pedido la Justicia estadounidense.


Como se ve, al mismo tiempo que anunciaba “mano durísima” con pedófilos y abusadores, y pedía perdón a las víctimas y a sus parientes, Bergoglio también practica el encubrimiento.


Amén.