Políticas

14/6/2001|710

El paro nacional y la marcha piquetera en Plaza de Mayo

El fuerte paro del viernes 8 fue uno de los paros menos preparados por las direcciones burocráticas. No se plegó la CGT Daer; la CTA recién lo hizo el miércoles 6. No hubo agitación de las centrales y sindicatos, ni siquiera afiches. Sin embargo, desde la base se sumaron sectores que la burocracia no había llamado a parar. Fue el caso, por ejemplo, de los estatales, que a pesar de la orden en contra de UPCN, pararon en un promedio del 80%. O de los bancarios, sanidad, y el pescado de Mar del Plata.


Pero los grandes protagonistas fueron nuevamente los piquetes. Fueron los que contribuyeron a que Metrovías parara en un 85%. Los que produjeron infinidad de cortes de ruta y ollas populares, en todo el conurbano y a nivel nacional.


Para la dirección moyanista se trataba de un paro ‘matero’, para no afectar la política que encabezan la UIA y Cavallo de armar un gabinete de “unidad nacional”. Lo que ha llevado a que Ruckauf criticara “la violencia” del paro. Esto hizo que las burocracias de las centrales sindicales no le dieran al mismo un carácter activo, de movilización y piquetes. El gasto combativo fue hecho por las bases.


 


La marcha a la Plaza de Mayo


El centro político de la jornada de paro fue la marcha que un conjunto de organizaciones piqueteras, entre las cuales se encontraba el movimiento de Castells (MIJP) y el Polo Obrero, convocaron para el 7 y 8.


El jueves comenzaron su marcha tres columnas desde el conurbano. La columna Sur partió de tres puntos (Florencio Varela, Burzaco y Lomas). En el seno de la marcha hubo gran confraternidad y a su paso se producía un clima de agitación. En Lomas, confluyó con otra marcha de más de 70 obreros de Edesur, que reclamaban contra el fraude salarial de las contratistas. Culminó con un campamento central en Puente Pueyrredón durante toda la noche.


La columna Norte marchó desde José León Suárez hasta San Martín y General Paz. El mediodía del jueves, se realizó un acto en la Plaza San Martín, frente a la “tapera educativa” instalada por los maestros de Tribuna Docente. Casi 300 compañeros, entre maestros y estudiantes secundarios, marcharon reclamando por becas y la defensa del Estatuto Docente. El viernes se sumaron contingentes de desocupados y trabajadores de las zonas más lejanas, que fueron confluyendo con la columna Oeste a partir de Nazca y Rivadavia.


La columna Oeste partió de dos puntos (La Matanza y Merlo) hasta el puente Liniers. El viernes 8 se fue incrementando, fundamentalmente con nuevas columnas del Polo Obrero (Nazca y Rivadavia, Primera Junta, Medrano y Rivadavia, Once, etc.).


Las columnas se unieron en la 9 de Julio y marcharon a Plaza de Mayo. Constituyeron grandes piquetes de desocupados y trabajadores (diario Crónica y gráficos, choferes de TDO, etc.) que cortaron las calles y desarrollaron una vasta agitación.


 


Un acto de lucha político-reivindicativo


En la Plaza de Mayo hablaron 15 oradores representando diversos movimientos de lucha: de la CTA Zona Sur; de la CCC Capital; Gustavo López, secretario general del Suteba La Matanza; Aldo Busatto, delegado de los trabajadores técnicos de Aerolíneas; etc. Las palabras de Piumato, secretario general de los judiciales y miembro directivo de la CGT Moyano, fueron recibidas con consignas por la Huelga General.


Cerraron el acto Néstor Pitrola, por el Polo Obrero, y Raúl Castells, por el MIJP. El primero llamó a incrementar la lucha, a marchar multiplicando las iniciativas de lucha hacia la Huelga General hasta imponer las reivindicaciones y echar al gobierno antiobrero. El segundo puso a votación una nueva jornada nacional de lucha: el miércoles 20 de junio a las destilerías y sedes de Repsol-YPF para reclamar 10.000 puestos de trabajo genuinos. Fue aprobado por unanimidad.


 


El centro político de la jornada


La marcha y el acto se transformaron en el centro político de la jornada. Es que más de 5.000 compañeros se concentraron en la Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno, con un programa. El rechazo al reempadronamiento y el reclamo del control de los planes de empleo por las organizaciones de desocupados (impugnando los comités de emergencia, que se constituyen con intendentes y organizaciones patronales y de la curia en los distritos, y que pretenden integrar a las organizaciones de los desocupados). También planteó problemas estratégicos como el reparto de las horas de trabajo.


Pero lo más importante fue la organización independiente y combativa de los trabajadores activos y desocupados. El acto marca la perspectiva política de una nueva dirección obrera.


 


Por qué estuvieron ausentes las izquierdas


Las organizaciones de Izquierda Unida (IU) participaron de las reuniones preparatorias de la marcha. Firmaron la convocatoria, por ejemplo, el brazo sindical del PC, el Movimiento Político Sindical Liberación. Pero luego no participaron. En La Paternal, donde había un acuerdo con el PO, los compañeros del PC recibieron, a último momento, “órdenes” de no marchar.


El Mst, por su parte, llegó con una columna hacia el final del acto, manteniéndose apartado. También se borró el PTS, a pesar que el Ceprodh (PTS) tuvo un orador en el acto.


La CCC y el PCR “adhirieron”, pero “no convocaron”, salvo el MIJP de Castells y sectores de la CCC zona Sur y Capital.


 


Fortalecer la perspectiva piquetera


La jornada del 20 de junio sobre YPF-Repsol es una nueva oportunidad para fortalecer el polo piquetero.


La formación de la Coordinación que convocó a la marcha del 7 y 8 en el conurbano, al igual que la Coordinadora piquetera que se viene movilizando en Mar del Plata (ver nota) o las medidas conjuntas votadas en los piquetes del Norte salteño, evidencian que madura la perspectiva de un frente político de lucha de las organizaciones y partidos del movimiento piquetero.


 


Pepe Barraza


Barraza era uno de los oradores que debían intervenir en el acto de la Plaza de Mayo. No pudo hablar porque se encontraba detenido desde el día anterior en Salta. Pero igualmente estuvo en la Plaza de Mayo. La gran mayoría de los oradores del acto pidieron por su libertad.


Al finalizar el acto central, el Polo Obrero marchó hasta la Casa de Salta, donde realizó un acto por su libertad. Allí hablaron dirigentes de los piqueteros del conurbano bonaerense (Luis Antón, por Tigre; y José Villalba, por el Futrade de La Matanza) y cerró el acto Jorge Altamira.


 


La Prensa Obrera en la acampada de Liniers


El jueves 7, a la nochecita, la columna del Polo Obrero de La Matanza, llegó junto a otras fuerzas (Castells, etc.) a Liniers. Allí se decidió “acampar” y pasar la noche, para reiniciar la marcha en las primeras horas del viernes. Se cortó la Avenida, bajo el puente de la General Paz, constituyendo un piquete de agitación por el paro. Luego se sumarían otros frentes (Merlo). Pero durante la noche se durmió poco. Los compañeros del PO de La Matanza vendimos 55 periódicos entre la gente que se acercaba solidariamente, demostrando la avidez política que existía.


Responsable de Prensa de La Matanza