Políticas

29/3/2018

El partido de Tres de Febrero es un polvorín

La represión ejercida por el intendente Diego Valenzuela  el pasado viernes 23 a la movilización  organizada por la Ctep  bajo la bandera “ Queremos trabajar” no es un hecho aislado sino que tuvo como antecedente la marcha que hicieron el año pasado los despedidos de hospitales y centros de salud del distrito, con similar desenlace: la intendencia esperó la movilización con la militarización de la zona y reprimió el reclamo por la reincorporación de 150 trabajadores de la salud.


El ex intendente Hugo Curto, que ejerció su mandato durante más de dos décadas y convivió con los gobiernos de Menem, De la Rúa, Duhalde y los mandatos de Néstor y Cristina Kirchner, fue fiel a las políticas de debilitamiento y precarización de los trabajadores, dejándole en bandeja al nuevo intendente un plantel de empleados tercerizados, sin derechos gremiales ni obra social, indemnización, vacaciones , aportes jubilatorios. Valenzuela lo único que tuvo que hacer es no renovar contratos y dejó en la calle a 150 trabajadores de la salud con el consiguiente perjuicio que esto provoca no solo a los trabajadores sino también a las prestaciones que estos cumplían en hospitales y centros de salud; sumó a la falta de insumos y deterioro edilicio que ya venía sufriendo la salud pública, la falta de médicos especialistas y de todo tipo de personal para el mantenimiento del servicio. En ese panorama, el año pasado se hizo la movilización por la reincorporación que fue reprimida; también hubo un abrazo al Hospital Bocalandro en defensa de la salud pública encabezada por Cicop y se creó Trabajadorxs Precarizadxs de 3 de Febrero. El vaciamiento de la salud es una política de Estado y el pretexto para una privatización, cuando los trabajadores más van a requerirla.


El gremio de trabajadores municipales actúa como brazo del intendente confeccionando las listas de despidos y hoy están recorriendo los centros de salud, es posible que en poco tiempo se produzca una nueva ola de despidos. También hubo despidos en Cultura, en enero un tercio del coro de 3 de Febrero quedó sin trabajo y lo mismo en deporte (CEDEM).


Los vecinos del distrito, desde los barrios de trabajadores hasta los centros comerciales está tratando de sobrevivir a los tarifazos, la caída de empleos repercute en las familias y en el consumo, la pérdida del poder adquisitivo está haciendo estragos.


No hay una política de urbanización, las obras que se han hecho solo benefician a empresas como el túnel de Martín Coronado a Peugeot (fábrica que redujo en los últimos tiempos un plantel de 4000 trabajadores en tres turnos a 1000 en uno solo); pero los negocios inmobiliarios están a full, se ha habilitado en la última década la posibilidad de construcción de edificios en la zona de Martín Coronado , Villa Bosch y Caseros, esto está provocando un hacinamiento del transporte público y el tránsito; mientras el paisaje urbano crece en edificios , las calles siguen deterioradas, las redes de cloacas y agua corriente son las misma de hace décadas al igual que los cableados, esto va a desembocar en un colapso de los servicios en algunas zonas mientras en otras ni siquiera  hay esos servicios mínimos. También está el problema ambiental:  el Arroyo Morón, uno de los más contaminados del país, está en contacto con las napas de agua y a  su orilla se encuentra al Ceamse que no tiene más capacidad para basura, estos dos focos juntos llenan el aire de gérmenes y olor a amoníaco que a veces abarca todo el norte del partido.

 

En 3 de Febrero la población está siendo atacada como en el resto del país por tarifazos, despidos, sueldos que se deterioran y no cubren el 50% de la canasta familiar, con una política de vaciamiento de la salud pública, destrucción de la educación y la cultura, falta de servicios elementales, inseguridad, sin políticas ambientales, con reforma jubilatoria y reforma laboral.


Los gremios zonales acatan el mandato de las burocracias sindicales que negocian con el gobierno, o hacen movilizaciones sin plan de lucha (ATE, Moyano) para descomprimir la presión de las masas, los llamados opositores votan las leyes del oficialismo o literalmente llaman a esperar las elecciones del 2019.


Solo la organización puede detener este ataque a las condiciones de vida.


Basta de represión, basta de despidos

Asambleas en los barrios y elección de delegados

Asambleas de base en los sindicatos

Coordinadoras de lucha barriales

Por una gran marcha de los trabajadores y vecinos de 3 de Febrero

Por una organización independiente de los trabajadores pare enfrentar el ajuste de Macri y de los gobernadores.


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