Políticas

6/5/2004|849

El Partido Obrero y la Esma

El Partido Obrero tiene tomada una clara posición respecto a lo que se debe hacer con los asesinos y torturadores de la dictadura militar (y, antes, del gobierno isabeliano), así como con los funcionarios públicos y capitalistas que endeudaron ilegalmente al país, fugaron capitales, saquearon a los ahorristas y cometieron toda clase de delitos de corrupción con los fondos públicos.


Esta posición es que todos ellos deben ir, primero, presos en cárceles comunes, y luego ser sometidos a un proceso judicial en el marco de un tribunal popular. Entendemos que la posición de Hijos, cuando planteó “cadena perpetua y cárcel común” en el reciente acto de la Esma, constituye una fuerte aproximación a esta posición.


En el marco de la justicia burguesa y de sus procedimientos, todos los delincuentes económicos como los de lesa humanidad quedarán libres, como ha venido ocurriendo. Kirchner viene haciendo un uso abundante del indulto, a espaldas de la opinión pública, para beneficiar a delincuentes que tienen algún vínculo con la camarilla oficial.


El centroizquierdismo criollo hace gala de su reconocida hipocresía cuando desfila todos los 24 de marzo, al mismo tiempo que defiende el “estado de derecho”. Decimos: sin el reemplazo del “estado de derecho” que protege al Estado capitalista, y a la propiedad capitalista por un gobierno de trabajadores y un régimen de justicia directamente responsable ante el pueblo, los capitalistas, la policía y los funcionarios (incluidos los jueces) seguirán encubriendo y propiciando los delitos políticos y económicos contra el pueblo.


A partir de esta delimitación, señalamos el pésimo servicio que le presta a nuestra causa, la tapa de Prensa Obrera, del 18 de marzo pasado, cuando afirma que “Un gobierno obrero y popular auténtico (y no de pacotilla) utilizaría la Esma como el lugar para interrogar, hasta que “canten”, a cada uno de los milicos de la dictadura y obtener de este modo la información del destino de esos archivos (que registran lo que se ha hecho con los compañeros desaparecidos” (subrayado nuestro).


De ninguna manera.


Restituir a la Esma la función que la ha caracterizado, aunque sea para una orientación diferente, sería un crimen político y constituiría una humillación a los compañeros que fueron asesinados en su ámbito. El empeño por denunciar el encubrimiento que representa la propuesta de convertir a la Esma en museo, nos ha llevado a un desborde conceptual que no vacilamos, en lo más mínimo, en denunciar. Pero la indignación que podamos tener contra los que mandan soldados a Haití para respaldar al imperialismo, y que apoyan las guerras si son votadas por la ONU, no justifica el exabrupto político que se formula en esa tapa. Somos socialistas, luchamos por la abolición de la explotación del hombre por el hombre, así como de toda forma de opresión; estamos naturalmente en la línea del frente contra la guerra, el crimen capitalista y la tortura. Ha sido así, todos y cada uno de los días, sin excepciones, en los cuarenta años de existencia de nuestra corriente política.


Somos concientes, e incluso más que nadie, que el imperialismo responde invariablemente a las revoluciones sociales con la guerra internacional y con la guerra civil. Contra la guerra internacional y civil del imperialismo defendemos la guerra revolucionaria que oponen la clase obrera y los pueblos. La guerra no tiene el mismo contenido en ambos lados. No somos ‘pacifistas’ –porque no somos hipócritas. Tomamos partido, siempre. Por los de abajo contra los de arriba. Pero incluso en una guerra civil revolucionaria, o a la cabeza de una guerra revolucionaria, los métodos políticos y militares de los socialistas tampoco se confunden con los de los verdugos del capital.